El 2006 marca un antes y un después en la vida profesional de Risto Mejide, aunque su mayor reto, su mayor satisfacción, se centra en su pareja, Ruth Jiménez. No sólo es la madre de su hijo, que no es poco para Risto, sino que, además, encarna "a todas las mujeres que he deseado en mi vida". Celoso de su intimidad, no tiene reparos en manifestar su amor por la bella presentadora de televisión de forma conmovedora, y eso que representa el malo del jurado, al menos desde que empezó a participar en el concurso Operación Triunfo, donde fue catapultado al estrellato mediático.

Los concursantes televisivos le temen desde entonces; muchos de ellos se sienten incomodados, molestos ante las críticas directas y duras del popular publicista. No todos, claro. Hay quienes traspasan los cristales de sus míticas gafas, se cuelan por sus ojos y logran tocar su alma. Entonces aflora un Risto conmovido, tierno y acogedor, atributos tradicionalmente considerados femeninos aunque no son exclusivos de ese sexo. Como el lado misterioso de esa parte de la luna oscura donde se adivina la sensibilidad, donde Risto se sitúa para hablar de las mujeres y de la feminidad.

"El mundo femenino es muy complejo. Y la mente de la mujer está más capacitada, mejor dotada, para gestionar toda esa complejidad. La mente femenina asume que las respuestas no son sencillas ni lineales".

Pero una cosa es la mujer y otra esos rasgos particulares de su mente, que en realidad no son patrimonio de ellas. "De hecho, los hombres deberíamos conquistar internamente esa mente femenina. La sociedad iría mucho mejor". Asume que en esta nueva era la realidad es mucho más complicada. "Y sólo podemos entender el problema cuando encontramos la solución".

Eso requiere amplitud de miras, superar prejuicios, señala el publicista. "Y soy optimista porque he visto pasar ante mis ojos a mucha gente con talento. El talento es inspirador y muy femenino". Lo reconoce en Madonna. Fue fan suyo. "Al primer concierto que asistí en mi vida fui con mi padre para ver a Madonna. De esto ya hace bastantes años". Sin embargo, sus palabras no son siempre tan halagadoras, tal y como demuestra cada semana en el programa de Telecinco 'Tú sí que vales'.

De Sharon Stone admira su falta de complejo a pesar de la edad. También recuerda con cariño a Luz Casal porque participó en la producción de un disco suyo. "Fue mi primer trabajo musical en serio". Porque la relación de Risto con la música le viene de lejos. Incluso tuvo su propio grupo. Ahí hizo sus pinitos componiendo, tocando y cantando. Pero lo dejó pronto. El talento iba por otros derroteros.

"Amy Winehouse sí que ha sido un talento en estado puro, pero talento sin control, que va asociado al sufrimiento. Idealmente no debería ser así, pero es raro que una persona con mucho talento pueda mantener su equilibrio personal". El caso de Paris Hilton es distinto. "Ella misma se ha convertido en una marca comercial. Es el objetivo que perseguía y lo ha conseguido, pero a costa de que su padre la desheredara". Considera que ha sido valiente porque no todo el mundo es capaz de renunciar al abrigo de un papá rico.

También admira otros valores de las mujeres, como el don de gentes, la inteligencia, el saber estar y una sincera sonrisa. Y pone como ejemplo a Virginia Caro, a quien considera su mano derecha y su mano izquierda desde hace unos cinco años, presente en prácticamente todos sus proyectos profesionales, ahora el de #Annoyomics, un método para aprender a molestar bien, publicado en Gestión 2000, del grupo Planeta. Pero sobre todo, sobre todo, no deja de emocionarse cuando habla de Ruth Jiménez. Aunque eso ya pertenece a su intimidad, a su mundo más femenino. Se le adivina en sus ojos tras sus grandes gafas.