El perro ha sido reconocido como el mejor amigo del hombre desde la antigüedad. Son animales maravillosos que pueden aportar alegría y serenidad a los miembros del hogar.

Son seres vivos que requieren cuidados y atención. Por lo tanto, es aconsejable pensarlo bien antes de llevar uno a casa.

Una vez tomada la decisión, puedes rescatar un perro de la perrera o comprarlo. En cualquier caso, es aconsejable considerar cuidadosamente el tipo de perro que se elige. De hecho, algunos perros, más que otros, requieren un movimiento y una atención especial que no todos pueden proporcionar.

Un Husky siberiano, por ejemplo, es un perro perfecto para los deportistas, pero no tanto para los que tienen problemas de movimiento o sufren de pereza crónica.

Lo mismo ocurre con los galgos, desde el borzoi hasta el afgano, a los que les encanta moverse y no podrían vivir en una casa todo el tiempo.

Otros perros, en cambio, con su carácter amistoso y juguetón pueden convertirse en excelentes amigos para los niños, pero también para los adultos.

Entre ellos se encuentran no solo el labrador o el golden retriever, sino también el spaniel tibetano. Cariñoso y tranquilo, este pequeño perro plano no solo es mimoso, sino que también es apto para la guardia.

El Spaniel Tibetano es un perro robusto pero pequeño que procede, como su nombre indica, del Tíbet.

La historia de esta raza sigue rodeada de misterio, ya que algunos afirman que se utilizaban dentro de los templos para hacer girar los molinos.

En cuanto a la apariencia, las similitudes con el pequinés pueden verse en su grueso pelaje y sus ojos oscuros.

El perro de aguas tibetano se puede encontrar en diferentes colores, desde el negro al dorado, pasando por el blanco y el crema. El pelaje del tibetano debe cepillarse al menos un par de veces por semana para evitar que se formen nudos.

Un perro muy reservado, casi desconfiado con los extraños pero lleno de amor por su familia. Muy cariñoso y tranquilo, este pequeño perro plano puede convertirse en un excelente perro guardián. Tiene tendencia a ladrar si ve algo extraño.

Además, es un perro muy alegre y juguetón, que también puede ser un buen compañero para los niños tras su adiestramiento. De hecho, su carácter a veces obstinado podría crear problemas con los niños pequeños.

En cualquier caso, siempre es conveniente supervisar a los perros y a los niños durante el juego, ya que pueden producirse reacciones inesperadas de una u otra parte.

El perro de aguas tibetano se adapta bien a la vida en la ciudad, pero también puede vivir felizmente en el campo, donde puede hacer ejercicio. De hecho, necesita al menos una hora de paseo al día para estar sano.