La situación puede darse cualquier noche en cualquier hogar. Una pareja disfruta de relaciones sexuales cuando, en pleno apogeo, los problemas en el trabajo, las cuentas para llegar a fin de mes o la gripe de la niña irrumpen en la mente. La magia se borra de un plumazo y la cosa se viene abajo. El paro y la incertidumbre económica arrecian fuera pero... ¿y en la cama? ¿Afecta la crisis al deseo sexual? Depende. Muchos no tienen cuerpo para ponerse a ello con la que está cayendo. Otros, sin embargo, encuentran en esta actividad una válvula de escape. Pero si en algo coinciden los expertos es en garantizar que si hay problemas fuera, el sexo también se resiente.

Las dificultades derivadas de la recesión económica pueden colarse hasta en los líos de sábanas."Un bajo estado de ánimo no hace buenas migas con una relación sexual saludable", explica el sexólogo Argelio González. Los problemas en el trabajo o en casa se van acumulando durante el día y cuando llega el momento de ponerse al lío, la cabeza juega una mala pasada."El hombre puede perder la erección y a la mujer se le esfuma de repente el deseo", apunta González.

Entonces, los peores pensamientos empiezan a dar vueltas por la cabeza: "No soy buen amante", "no soy lo suficientemente hombre", "no puedo corresponder a mi pareja". "El pesimismo colma todos los pensamientos", señala el sexólogo. Cansados de sentirse poco valiosos, la mayoría consulta en internet qué les puede estar pasando y en la Red los mitos y falsas creencias se multiplican. "Internet es una gran cadena que no hace más que alimentar todas las falacias que existen en torno al sexo", asegura González.

En los foros y páginas web, en las consultas o terapias, las dudas siguen siendo las de siempre: "¿cuánto tengo que durar?; ¿cuánto me tiene que medir?; ¿cuántas veces tengo que hacerlo? "La cuantificación es uno de los grandes problemas que existe en torno a la sexualidad", afirma el también educador sexual.

Y sobre todo son ellos, los que necesitan calculadora y regla para disfrutar de una buena relación sexual. "El hombre está extremadamente preocupado por ser buen amante", explica González. "Hemos sido educados para ser sexualmente activos y tenemos más presión para cumplir", añade. De ahí que, si lo de abajo no va bien, a ellos, se les viene el mundo encima. "En el sexo el hombre concentra toda su virilidad, si este le falla, las consecuencias pueden ser nefastas", apostilla González.

Por esta razón, es el hombre el que frecuentemente ocupa las sillas de espera de las consultas sexuales. "El perfil principal que viene a buscar ayuda es de sexo masculino, entre 25 y 50 años y con un nivel adquisitivo medio-alto", resalta el que les atiende. Su quebradero de cabeza: "dificultades para mantener la erección", asegura sin dudar González.

Antes de presentarse a un experto en sexo suelen agotar todas las vías posibles. "Cuando llegan a la consulta generalmente ya han visitado a diferentes especialistas y han leído de todo en internet", reconoce el sexólogo. Pero las recetas mágicas, las fórmulas que nunca fallan y los medicamentos, no les han ayudado. "Se ha intentado psicologizar y medicalizar el sexo", apostilla González. Pero las pastillitas no suelen ser muy eficaces. "La raíz del problema está en la educación, en como esa persona ha vivido la sexualidad y un fármaco no tiene propiedades para cambiar eso", sentencia.

Ellas, por el contrario, suelen ojear en la web, pedir consejo a amigas o ir a consulta por otro tema muy diferente: no tener "apetito" para hacerlo. "Lo que más le preocupa a las mujeres es que su deseo sexual desaparezca", explica el sexólogo tinerfeño. Pero aunque este es el problema más sonado, que las mujeres tengan menos deseo sexual que los hombres, no es más que otro cuento chino."Biológicamente no existen evidencias de que eso sea así. Solo tienen diferentes formas de demostrar el interés sexual", aclara González.

Cuando quien hace las preguntas sobre sexo son niños y adolescentes, los temas cambian, aunque no tanto como se cree. "Los jóvenes y los adultos tienen las mismas dudas sexuales", asegura el especialista. Aunque siendo aún un polluelo, las cuestiones sobre la primera vez, el embarazo y la masturbación, colman los interrogatorios. De niño, la simple anatomía del cuerpo es lo que más llama la atención. "En las aulas suelen preguntar por los órganos sexuales", reconoce González.

Además de cuantificar, el ser humano también tiene la manía de seguir guiones en todo lo que hace. Hasta bajo las sábanas. "Parece que las relaciones sexuales tienen que seguir un patrón; primero nos besamos, luego practicamos sexo oral y finalmente, pasamos a la penetración", expone el sexólogo. Sin embargo, el abanico de posibilidades es tan amplio que limitarlo a tres pasos escomo ponerle vallas al campo. "Existe la falsa creencia de que la mujer tiene que llegar al orgasmo a través del coito, si no, no es una buena relación. Y eso es totalmente absurdo", asegura González.

Sin excusa

A pesar de que la crisis puede estar tambaleando algunas relaciones sexuales, a la hora de cuidarse, el dinero no parece que sea una excusa. "Los preservativos son bastante económicos, por lo que en su adquisición no debería tener ninguna influencia la recesión económica", asegura el sexólogo. En lo que si se ha notado que las huchas están vacías, es en acudir a terapia. "Ahora la gente que asiste tiene un nivel adquisitivo más alto, el resto no se lo puede permitir", apunta.

La venta de juguetes eróticos, sin embargo, ha continuado su ascenso imparable. "El sexo siempre ha vendido, en el cine, o como ahora, en la literatura. Tiene una gran demanda", aclara González. Eso explica la proliferación de sex shops y el aumento de regalos eróticos estas Navidades."El sexo siempre será un negocio", reconoce. Con más o menos relaciones sexuales, lo cierto es que en la cama siguen existiendo los mismos mitos y dudas de siempre. ¿Va para atrás como la economía?

"Avanzaríamos si hubiera una educación sexual, hasta que eso no ocurra, todo continuará igual", concluye González.