La vacuna contra el alzhéimer, desarrollada por la empresa Araclon Biotech, ha comenzado la fase clínica con su ensayo en humanos, en veinticuatro personas afectadas, para evaluar su tolerabilidad y seguridad. La noticia se ha dado a conocer con la inauguración de la nueva sede de la empresa, participada mayoritariamente por Grifols.

La empresa aragonesa trabaja en el desarrollo de nuevas terapias y métodos de diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas, principalmente la enfermedad de Alzhéimer, una dolencia para la que tiene muy avanzado un test de diagnóstico temprano, y ha comenzado ya la fase clínica de la vacuna, según ha informado su director científico, Manuel Sarasa.

Ha agregado que, una vez pasada con éxito la fase de experimentación animal, se ha comenzado a inyectar el mes de enero a veinticuatro personas, de las que ya han pasado cinco, en Barcelona, ya que el ensayo está coordinado por la Fundación ACE y la doctora Merce Boada.

En una primera fase, que finalizará ya entrado 2015 por tener un año y medio de duración, se analizará la tolerancia del producto -es decir, su toxicidad, no tanto su efectividad-, ha señalado Sarasa, quien no se ha atrevido a poner fecha a la finalización de una vacuna contra el alzhéimer por encontrarse en una fase aún temprana para fijarla. El estudio con humanos es "ciego": no se conoce a quien se ha reclutado, que corre a cargo de una empresa, aunque 16 pacientes están en el estado más leve de la enfermedad y otros ocho reciben un placebo.

Durante la siguiente fase se probarán diferentes dosis, en función de si a los inyectados se les ha estimulado el sistema inmunitario o no, y se elaborarán varios protocolos. En este caso lo ideal sería, según Sarasa, llevarlo a cabo con personas asintomáticas para "prevenir", ya que cree que el alzhéimer "no es curable". A esta fase, que normalmente dura no menos de dos años, le seguirá otra, de alrededor de tres años, y a continuación habrá que acudir al registro, ha explicado.

Científicos, médicos, farmacéuticas, asociaciones y políticos colaboran para "acabar con el alzhéimer", pero sobre todo han podido seguir con sus investigaciones gracias a los "ángeles" que según Sarasa ha encontrado en el camino, entre ellos Víctor Grifols, el presidente de Grifols, multinacional con sede central en Barcelona, que adquirió la compañía aragonesa en marzo de 2004, cuando estaba a punto de un ERE, y ya es propietaria del 60 por ciento.

La nueva sede de Araclon Biotech en Zaragoza cuenta con tecnología altamente innovadora y pionera en Europa en sus 900 metros cuadrados de laboratorios, de los 1.500 metros cuadrados del centro, que se disponen en tres plantas en las que se ubican una sala de microscopía y biología molecular, otra de espectrometría de masas y otra de inmunología y cultivo celular.

En dichas instalaciones, en las que trabajan 28 profesionales, se concentra la actividad investigadora de la empresa, que también desarrolla estudios sobre el Parkinson y está en fase de descubrimiento de biomarcadores para diagnosticar la fibromialgia, tal y como ha informado su director científico.