La dieta disociada es una de las 'dietas milagro' más populares. Esta dieta denominada disociada data de principios del siglo XX y consiste en no mezclar determinados productos porque se fundamenta en la creencia de que los alimentos por sí mismos no contribuyen al aumento peso, sino al consumirse combinados de cierta manera.

Dieta de Hay, Régimen de Shelton, Dieta Hollywood, Dieta de Montignac, Antidieta... reciben muchos nombres pero todas ellas sostienen que los hidratos de carbono no se pueden consumir junto con las proteínas, ya que estas se digieren en medio ácido y los hidratos de carbono en medio alcalino.

La dieta disociada divide los alimentos en tres categorías: glúcidos (pan, trigo, pasta, patata, cebolla, zanahoria, chocolate, arroz y azúcar), proteínas (carne, pescado, lácteos light y frutos secos) y neutros (verduras, leche, quesos con más de 45% de grasa, mantequilla, carne, pescado crudo/ahumado y aceites vegetales). La idea de la diesta disociada es no comer los tres tipos de alimentos al mismo tiempo.

De este modo, en la dieta disociada está prohibido mezclar alimentos ricos en proteínas, como la carne o el pescado, con hidratos de carbono (pasta, arroz, legumbres...), huevos excluidos; grasas (aceites, mantequilla...) con proteínas, y los diferentes tipos de hidratos no se pueden combinar entre sí.

Además, en la dieta disociada el azúcar hay que eliminarlo o sustituirlo de la dieta disociada por edulcorante, y la fruta se debe tomar por separado, igual que los frutos secos. Legumbres y hortalizas se pueden mezclar con todo en la dieta disociada excepto con la fruta, mientras que los refrescos deben ser light y se prohíbe el consumo de alcohol.

Los defensores de la dieta disociada aseguran que de esta forma se produce una distribución más lógica de los nutrientes, en función de las necesidades de energía de nuestro cuerpo. Insisten que así se logra el peso ideal sin pasar hambre y evitando digestiones pesadas.

¿Cómo se toman los alimentos?

Las tomas de la dieta disociada se dividen en desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Los hidratos se toman en el desayuno o en el almuerzo, la fruta a media mañana o en la merienda, y las proteínas se dejan para la cena.

Aunque hasta cierto punto esta dieta disociada tiene su lógica (el organismo no digiere al mismo tiemo los hidratos de carbono y las proteína), desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), advierten de que la dieta disociada "carece de fundamento científico" y los resultados obtenidos "sólo obedecen a un menor consumo de energía".

Un problema añadido de la dieta disociada, añaden, es que favorece una recuperación muy rápida del peso perdido (el llamado efecto 'rebote') debido a la formación de tejido graso (mayor rendimiento del metabolismo corporal, con un mayor ahorro energético e incremento del apetito).

Este organismo recuerda que en una dieta equilibrada los hidratos de carbono "deben aportar entre el 50 y 60% de la energía total. Así, los cereales (pan, pasta, arroz, etc.), especialmente los integrales, las patatas y las legumbres deben constituir la base de la alimentación y representar un tercio de los alimentos ingeridos diariamente".