Una atalaya desde la que se divisa el paisaje completo de la salud de los asturianos. Eso es el Observatorio de Salud en Asturias, una herramienta creada en 2011 por la Consejería de Sanidad del Principado, siguiendo las pautas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), pionera en el diseño y elaboración de los County Health Rankings (clasificaciones de salud por condados, por territorio). El objetivo de este instrumento no se limita a estimular la competencia entre municipios, sino que va más allá: "Lo más importante es realizar unos diagnósticos adecuados de las situaciones y tomar decisiones acertadas para mejorarlas", subrayan Rafael Cofiño y Mario Margolles, médicos especialistas en salud pública y responsables del Observatorio.

Según los datos más recientes del Observatorio, concejos como Peñamellera Alta, Ponga, Illano, Amieva y Grandas de Salime figuran a la cabeza de nuestra comunidad en cuanto a estándares de bienestar para sus habitantes. En el extremo opuesto, Llanera, Corvera, Mieres, Castrillón y Navia se sitúan en la cola de la clasificación. La tasa de mortalidad, la autopercepción de la salud, la prevalencia de enfermedades crónicas y el consumo de ansiolíticos y antidepresivos son los epígrafes que se computan a la hora de elaborar el ranking de salud. Una segunda medición se centra en los denominados "determinantes" de salud, constituidos por epígrafes considerados predictivos de la salud futura. Se computan cuatro conceptos: factores socioeconómicos, calidad de la asistencia sanitaria, estilos de vida y contaminación medioambiental.

Los rankings son tan atractivos como interpretables. Los doctores Cofiño y Margolles hacen hincapié en que no hay municipios con peores resultados en todo, ni otros en los que todo sea lo mejor. "El hecho de que un concejo se sitúe en posiciones 'malas' no es fruto de que la conducta de sus habitantes y gobernantes sea inadecuada, o de que su medio ambiente sea hostil", subrayan los promotores del Observatorio. Las posiciones alcanzadas en la clasificación "son el fruto de unos ciclos económicos, un modelo de población, unos comportamientos y unos hábitos determinados por las condiciones sociodemográficas y ambientales que les tocó vivir a las generaciones anteriores, los cambios de vida, de hábitat y las condiciones laborales, que podían no ser las más favorables", explican Mario Margolles y Rafael Cofiño.

Eso explica el hecho de que "los municipios más afectados por los grandes cambios de ciclo socioeconómico en los últimos dos siglos se hallen situados en las peores posiciones del ranking". Por la misma razón, los mejores resultados corresponden, por lo general, a "municipios con un elevado porcentaje de personas mayores, ya jubiladas, con una pensión pequeña, pero suficiente para vivir en un medio menos dinámico, más homogéneo, más igual, donde las relaciones no se basan en las instituciones, sino en relaciones de amistad (o enemistad), parentesco, que producen una solidaridad social informal que permite sostener ese tipo de vida", señalan Marcial Argüelles y Óscar Suárez, también expertos del Observatorio de Salud.

Rafael Cofiño y Mario Margolles subrayan que "todos los municipios asturianos están trabajando de una forma u otra" en la mejora de las condiciones de salud de sus habitantes. Pero han querido entresacar algunas buenas prácticas que van muy en la línea de las aspiraciones abanderadas por el Observatorio de Salud de Asturias. El mapa que ilustra estas líneas recoge ese elenco de iniciativas saludables que la Consejería de Sanidad propugna extender por toda la geografía regional. Al final, los rankings son, como señala Patrick Remington, decano de Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, "una excusa, un gancho" para poder iniciar conversaciones de cómo pasar de la información a la acción. De eso se trata, de pasar a la acción.