Una premisa y dos normas. Así nació en Asturias "Kurere", una asociación que, bajo el lema "palabras que curan", ha abierto en la red un singular espacio para despojar a la enfermedad del dolor emocional y abrir un frente cibernético de esperanza para combatir en equipo y con positivismo la desolación que puedan generar todo tipo de patologías. Ahora, esta red que sirve para recoger testimonios esperanzadores se encuentra en plena expansión, extendiendo sus fronteras fuera de España y llegando a Venezuela, Perú, Brasil, México, Colombia, Argentina, Uruguay y Estados Unidos.

"El testimonio de un paciente puede ser hasta terapéutico", es la premisa de la que parte "Kurere". Y es terapéutico tanto para quien cuenta su experiencia como para los que sufren problemas similares y la leen, formando entre ellos -y aunque estén a miles de kilómetros de distancia- una empatía en cierto modo sanadora. Y las dos normas de "Kurere" son las que deben regir todo testimonio que se comparta en la plataforma de internet de esta asociación asturiana, que ahora está dando los pasos necesarios para convertirse en fundación tras ganarse el apoyo de instituciones y asociaciones de pacientes, además de haber recibido reconocimientos como el premio "Humanizando la Sanidad" o el segundo premio "Foro Albert Jovell".

"Todo testimonio que nos envíen únicamente debe pasar dos filtros", explican sus cofundadores, José Enrique González y Juan Osoro. Por un lado, "el testimonio que mande el paciente debe ser positivo, aquí no se viene a llorar", deja claro José Enrique González, presidente de la asociación sin ánimo de lucro. Por otro, "está absolutamente prohibido nombrar marcas farmacéuticas, clínicas o centros hospitalarios", añade.

Cumpliendo con esas dos premisas, cualquier paciente o familiar que ejerza de cuidador puede remitir su testimonio a "Kurere" para que, en un plazo máximo de 48 horas, forme parte de este espacio único, pues "es la primera plataforma que podemos encontrar a nivel internacional dedicada exclusivamente a testimonios de superación". En la misma, además, los relatos se encuentran ordenados en diferentes categorías.

"Los testimonios de superación ayudan, apoyan, estimulan a otras personas que precisan de palabras que curan para afrontar y seguir adelante en convivencia con su enfermedad, ya sea como paciente o como familiar que cura", aseguran los impulsores de la plataforma social, quienes destacan la importancia de las "emociones positivas como ilusión, optimismo, fortaleza o valentía, que ayudan a compensar las emociones negativas: culpa, tristeza, rabia...". Algo básico para pasar a la fase de aceptación de una enfermedad. Fernando Comas, responsable de comunicación de la plataforma, lo expresa con claridad: "Es terapéutico para quien escribe y quien lo lee: te hace ver que tú no estás solo con tu problema, que hay otros que pasan por algo parecido".

Así, si alguien se siente desamparado, puede encontrar en "Kurere" las "palabras que curan", buscando testimonios de otras personas que hayan vivido o pasado por la misma enfermedad. La vivencia es fuente de autoridad. De hecho, a sus fundadores la idea les vino de experiencias personales. "Mi padre falleció a los 49 años, de cáncer, algo que siempre te genera inquietudes. También vivió algo parecido Juan (Osoro), y lo hablamos y nos vino la idea", explica José Enrique González.

En junio de 2016 se hizo realidad la plataforma social y, desde entonces, lucharon por ir ganando credibilidad. Una vez logrado este objetivo, ahora están en fase de conversión en fundación y de expansión, para lo que necesitan sumar apoyos de patrocinadores, aunque ya cuentan con el respaldo de algunas instituciones públicas y empresas. El joven proyecto "Kurere" ya supera los 2,1 millones de visitas al año.

Así, el mar de las palabras que curan, que nació en Asturias, seguirá inundando de esperanza los corazones de aquellos que sufren por las enfermedades.