La Encuesta de Salud Infantil es un instrumento de gran utilidad desde el punto de vista sanitario. Además de aportar un gran conocimiento sobre la salud percibida de los niños y niñas en Asturias, se convierte en un elemento imprescindible en la planificación, la toma de decisiones y la evaluación de las políticas de salud, tanto a nivel local como autonómico. Además, es utilizada por otras Consejerías como fuente de información para la elaboración de sus estrategias y como fuente en algunos indicadores de otros sistemas de información.

La Encuesta se llevó a cabo durante el pasado otoño. Fueron entrevistados 2.047 padres y madres de toda Asturias que tenían niños o niñas menores de 15 años. Debían responder a una serie de preguntas sobre sus hijos en todas las dimensiones relacionadas con la salud, tanto en términos de resultados o condiciones de salud como sobre aquellos factores que las determinan o que miden su estado de salud.

En este artículo, vamos a referirnos a tres apartados fundamentales de la Encuesta: el estado de salud percibida, la alimentación; el ejercicio físico de los chicos y chicas; y el uso y la valoración del sistema sanitario de Asturias.

Estado de salud

Cuando se preguntó a las personas informantes de la Encuesta sobre el estado de salud de sus hijos en los últimos doce meses, un 94 por ciento manifiesta que la salud de sus hijos es buena o muy buena. Sólo un 0,6 por ciento se expresa en sentido contrario (mala o muy mala). Por tanto, parece que los niños y niñas asturianos de hasta 14 años gozan de muy buena salud, según la opinión de sus padres o madres. Este dato se ve refrendado por otras dimensiones analizadas, como son la morbilidad crónica y las limitaciones debidas a la salud, cuya escasa frecuencia, por lo general, caracteriza a una población en buen estado de salud. Estos porcentajes tan favorables son muy parecidos a los obtenidos en la anterior Encuesta de Salud Infantil que se realizó en Asturias, en el año 2009. Por tanto, en los últimos años no se ha observado ningún deterioro general de la salud en la población infantil asturiana.

Las niñas, mejor salud. Las niñas declaran unos porcentajes de valoraciones positivas (buena o muy buena) ligeramente superiores a los niños y, según la edad de la población infantil, la percepción de tener mejor salud es mayor en los niños y niñas que tienen entre 6-10 años (95,5 por ciento) que, por ejemplo, los de 3-5 años (92 por ciento). Esos valores suelen ser habituales en todas las Encuesta en edades infantiles: las niñas o chicas casi siempre tienen mejor valoración de salud que los niños. Se trata de una circunstancia ligada al sexo que no se da cuando realizamos las Encuestas en población adulta, en las que se invierten esos resultados, dando un peor estado de salud en la población femenina que en la masculina.

A más dinero, mejor salud. Si se analiza esta pregunta atendiendo a otras variables sociodemográficas, como la clase social a la que pertenecen los padres, o el nivel de estudios máximo alcanzado por sus progenitores, los niños que viven en familias de clases sociales más elevadas y que sus padres/madres cursaron estudios universitarios son los que declaran tener mejor salud: en ambos casos con porcentajes muy elevados, 99 y 97 por ciento, respectivamente. Un ejemplo del condicionamiento social en la presencia de enfermedad lo tenemos en el caso del asma bronquial: los niños procedentes de clases sociales menos favorecidas tienen un 50 por ciento más de riesgo de sufrirlo; en los trastornos de la conducta, el riesgo es un 166 por ciento más alto.

Alimentación y ejercicio físico

Respecto a los hábitos alimentarios, en la Encuesta se comenzó preguntando por el desayuno, una de las comidas más importante del día. Y, en relación con él, nos encontramos con que un 1,2 por ciento de las personas que contestaron a esta pregunta manifiestan que su hijo no desayuna nada. La frecuencia de no haber desayunado, circunstancia no muy saludable, aumenta a medida que se incrementa la edad.

Desayuno. Los alimentos más ingeridos en lo que sería un desayuno tipo son café, leche, chocolate, cacao... El 85,5 por ciento refiere tomarlos a diario, seguidos de los cereales (pan, tostadas, galletas...) con un 80 por ciento. La fruta o los zumos naturales son consumidos en el desayuno únicamente por menos de la tercera parte de la población infantil. La opinión de padres o madres sobre las características del desayuno de sus hijos o hijas indica que uno de cada diez toma habitualmente desayunos no saludables. Respecto a la frecuencia de consumo de los diversos alimentos en las comidas -exceptuando el desayuno-, encontramos bastantes oportunidades de mejora, dado que nuestro mayor déficit de salud en esas edades es la nutrición y el sedentarismo. Sólo un 86 por ciento de la población infantil declara consumir fruta fresca al menos tres veces por semana. Y un 62 por ciento consume verduras y hortalizas con esa misma periodicidad. Estos consumos son ligeramente inferiores a lo deseado, según los estándares internacionales de alimentación saludable.

Más carne y pescado de lo deseable. El consumo de alimentos ricos en proteínas -huevos, carne y pescado- es superior a lo aconsejado desde un punto de vista nutricional, sobre todo en el caso de la carne y del pescado. Un 17 por ciento consume huevos, un 85 por ciento carne y el 42 por ciento pescado con una periodicidad de al menos tres o más veces por semana. El consumo de pasta y arroz también es superior a lo aconsejado en los diferentes estándares nutricionales. Un 52,5 por ciento consume pasta y arroz, y el 88 por ciento pan o derivados de cereales tres o más veces por semana.

Legumbres, refrescos y chuches. El consumo de legumbres es bastante adecuado en nuestra sociedad. El 53 por ciento las comen al menos tres veces semana. Un 45 por ciento de los niños consume embutidos y fiambres tres o más veces por semana. Este consumo es muy superior a lo aconsejado. Un 97 por ciento consume productos lácteos y un 70 por ciento dulces (galletas, bollería, mermeladas...) tres o más veces por semana. Sólo un 7 por ciento de los niños consume refrescos azucarados y bebidas con gas, un 3 por ciento comida rápida, un 7 por ciento snacks o comidas saladas y un 12 por ciento chucherías tres o más veces por semana. Son cifras bastante adecuadas, si bien podrían ser inferiores para contribuir a una mejor nutrición.

Dónde se come. Respecto al lugar de realización de las diversas comidas, lugar de socialización y donde se puede educar en una nutrición y alimentación más adecuada, tenemos que casi la totalidad de los desayunos en edad infantil se realizan en el domicilio, un 1,3 por ciento en el colegio/guardería y sólo un 0,3 por ciento en casa de un familiar. En el caso de la comida, en edades infantiles, una parte considerable de las comidas se realizan en el domicilio (el 70 por ciento), un 27 por ciento en el colegio/guardería y solo un 2 por ciento en casa de otro familiar.

Dietas. A estas edades tan tempranas nos encontramos que un 2,5 por ciento de la población objeto de la Encuesta ya está siguiendo una dieta o régimen especial, y que la frecuencia de realizar dieta aumenta con la edad, siendo más elevada en la cohorte de 11 a 14 años (3,5 por ciento). El motivo principal de seguir una dieta o régimen es una enfermedad, intolerancia o alergia (47 por ciento) y después para perder peso (34 por ciento). Por razones de salud estrictamente lo hacen algo más de uno de cada diez niños y niñas. Las enfermedades que más frecuentemente ocasionan el seguimiento de una dieta son la celiaquía, otras intolerancias/alergias alimenticias y la diabetes mellitus.

Ejercicio físico. En el caso del ejercicio físico, factor fundamental en esas edades para un adecuado desarrollo psicomotor, así como para ir configurando un desarrollo somático adecuado, casi la mitad de la población infantil considera que realiza alguna actividad física deportiva varias veces a la semana (45 por ciento). Una décima parte refiere que no hace ejercicio, y una cuarta parte solo hace alguna actividad física o deportiva ocasional. Desde 2009, ha aumentado un 30 por ciento la actividad física de manera periódica en niños y niñas.

Las niñas se suman al deporte. Los niños tienden a realizar, en mayor medida, entrenamiento deportivo de tipo físico varias veces a la semana que las niñas. No obstante, desde la anterior Encuesta (2009) se ha incrementado de manera muy marcada la realización de ejercicio físico en las niñas. A pesar de eso, sería deseable una mayor actividad física en ambos sexos, pero fundamentalmente en niñas y chicas. Con la edad aumenta la realización de actividades físicas que requieran entrenamiento deportivo habitual, mientras que el sedentarismo parece ser mayor en la zona rural (11 por ciento) que en la urbana (4 por ciento). También se hallaron mayores porcentajes de sedentarismo en la clase social más baja y en personas que proceden de familias con estudios primarios.

Medios de locomoción. Un aspecto muy interesante que también contribuye a conocer la movilidad es el medio de locomoción utilizado para acudir al centro educativo dado que va a generar costumbres de movilidad cuando sean personas adultas. Los resultados indican que dos tercios de los niños y niñas acuden andando al colegio. Casi una cuarta parte en coche y un 10 por ciento en autobús. La bicicleta es utilizada muy esporádicamente (0,4 por ciento). A partir de los seis años de edad se observa un ligero incremento en la frecuencia de acudir andando, y lógicamente el proceso inverso con la edad en los que acuden en coche. Desplazarse en autobús también se incrementa con la edad, quizá debido a que no hay centros educativos de secundaria en todos los núcleos de población.

Uso de servicios sanitarios

La dimensión de cómo se usan los servicios sanitarios es muy importante para poder planificar y gestionar adecuadamente los recursos asistenciales públicos. Los resultados de la Encuesta muestran que un 34 por ciento de la población infantil ha acudido a servicios de atención primaria en el último mes, y en el último año casi un 85 por ciento.

Los más pequeños acuden más frecuentemente a un centro de atención primaria que los mayores, probablemente motivado por la asistencia al Programa del Niño Sano, en el que sólo un 0,3 por ciento declara que no asiste a las revisiones periódicas.

Enfermedades y vacunas. Fundamentalmente se acude al centro de salud público (96 por ciento), seguido de la consulta con un médico privado (4 por ciento). La causa más frecuente de ir al centro de atención primaria fue por una enfermedad o problema de salud, seguido de control de salud, una vacunación y un accidente. En un 69 por ciento de las ocasiones, la atención sanitaria en un equipo de atención primaria se realizó el mismo día en que se pidió cita, y el 95 por ciento de los padres sostiene que la calidad de la atención sanitaria recibida es, al menos, buena.

Ante todo, el oftalmólogo. Un 56 por ciento requirió asistencia sanitaria especializada alguna vez en su vida. En el último año, casi un cuarto de la población infantil. La especialidad más frecuente consultada el último año ha sido la oftalmología (88 por ciento), seguida de traumatología, otorrino y neuropediatría. Desde que se pidió cita hasta que se produjo la atención especializada, en un 57 por ciento de las ocasiones se realizó en menos de un mes. Nueve de cada diez padres y madres de la población infantil entienden que la calidad de la atención especializada recibida por sus hijos es al menos buena (un 46 por ciento, muy buena).

Ingresos hospitalarios. Un 4 por ciento de la población infantil ha necesitado ingresar en un hospital en el último año por un problema de salud. La causa más común que motivó el ingreso hospitalario fue para tratamiento médico sin intervención quirúrgica (25 por ciento), seguido de una intervención quirúrgica (23,5 por ciento) y motivado por una infección un 18 por ciento. Un 93 por ciento de los padres de población infantil de Asturias opina que la calidad de la atención recibida en el proceso de hospitalización de su hijo es al menos buena (un 62 por ciento, muy buena).

En síntesis... Los resultados de la Encuesta de Salud nos muestran en estas tres dimensiones un buen nivel de salud en la población infantil, tal y como lo perciben padres y madres; unas mejorables pautas alimenticias (especialmente en cuanto a consumo de frutas o verduras, de carne y pescado, así como de desayunos más saludables); unos niveles insuficientes de ejercicio físico, especialmente en niñas; y un uso ligeramente elevado de los servicios de atención primaria dados los niveles de salud existentes.

Utilidad de la herramienta. Estos datos y los demás incluidos en el análisis de la Encuesta van a permitirnos realizar una planificación y una gestión más adecuadas de los recursos existente para adecuar nuestros actividades a las necesidades presentes y futuras de la población infantil, tanto en el campo sanitario como en el educativo y social, integrando el concepto de promoción de la salud a través del concepto de salud en todas las políticas. (Este estudio está en la página web de la Consejería de Sanidad, "Astursalud", de donde puede descargarse).