Si has tomado la decisión de dejar de fumar tenemos dos noticias: una buena y una mala. La buena es que has tomado una de las mejores decisiones de tu vida, no en vano el tabaco es una sustancia mortal. A pesar de que su consumo está tolerado socialmente los cigarrillos están detrás de miles de muertes cada año en países como España. ¿Estás ya motivado? Pues vamos con la mala noticia: dejar de fumar no es sencillo. Hay ciertos trucos, eso sí, que pueden servir de mucho si los aplicas al pie de la letra.

Intenta evitar los lugares en los que se fume

Cae de cajón: si durante años has estado haciendo algo todos los días (como el fumar), en cuanto dejes de hacerlo tienes que cambiar tus rutinas y evitar todo lo que te recuerde a la adicción que estás intentando dejar atrás por lo que lo primero que tienes que plantearte es que no debes volver a lugares en los que se fume: evita la puerta de la oficina en la que se reúnen tus compañeros para "echar un cigarro" y las terrazas de los bares: si hace falta tomate la cerveza dentro.

Si hace falta deja de salir durante un tiempo

El coste psicológico de dejar de fumar varía según quién afronte el reto. Hay gente a la que le cuesta mucho y otros que superan el "mono" en apenas unos días (la dependencia física está científicamente demostrado que apenas dura unos días: los que tu cuerpo tarda en expulsar del todo la nicotina). Si en tu caso estás muy enganchado quizá debas dejar de salir a tomar cañas durante un tiempo. El tabaco se asocia a momentos de diversión con amigos por lo que al menos durante las primeras semanas trata de evitar esos momentos en los que te va a apetecer fumar.

Cuéntaselo a tu entorno

Cuanta más gente lo sepa, mejor. Es importante que tanto familiares como amigos sean conscientes del reto que tienes por delante. Y lo es por una doble razón: ellos pueden ayudarte y darte ánimos cuando lo necesites y también son los que van a "aguantar" tu mal humor los primeros días. Si los demás saben que estás intentando dejarlo será más fácil que no recaigas para no decepcionar a tu entorno.

Evita las rutinas en la que antes fumabas

Te lo decíamos al principio de este artículo: si durante años has estado haciendo algo todos los días (como el fumar), en cuanto dejes de hacerlo tienes que cambiar tus rutinas y evitar todo lo que te recuerde a la adicción que estás intentando dejar atrás. Por eso es fundamental que evites las rutinas que asocias con encender un cigarro. Pongamos un ejemplo: durante años fumaste un cigarro en el trayecto entre el trabajo y tu casa. Pues es hora de cambiar: vete a trabajar en bicicleta o coge el autobús, todo para no repetir rutinas que tu cabeza asocia a fumar.

No te confíes: existe una zona de "falsa seguridad"

Una vez que lo has dejado es fácil recaer. De hecho muchos lo hacen. Y eso hay que evitarlo. Los expertos aseguran que pasados varios meses desde que has dejado de fumar caes en una zona de "falsa seguridad" en la que piensas que por un cigarro "no va a pasar nada". Asistes a una boda o a una fiesta con amigos que hace años que no veías y lo vuelves a probar. Has cometido un grave error. El cerebro humano sigue recordando la sensación de adicción a la nicotina: en cuanto pruebes un cigarro tu cabeza va a volver a pedirte más. Y aún peor: no lo hará al día siguiente, por lo que creerás que de verdad lo has superado. El sentimiento de ansiedad llegará días después. No te confíes.

Ponte una meta y fija pequeños premios

Muchos dejan de fumar en vacaciones y cuando vuelven al trabajo recaen en la adicción: eso no es aconsejable. Tienes que dejar de fumar cuando "tu cuerpo te lo pida", en un momento en el que no estés especialmente estresado ni agobiado: pon todas las facilidades a tu alcance y fija una meta: pon fecha y piensa en los pequeños premios que te darás semana a semana según vayas logrando objetivos. No olvides que la recompensa es importante. De hecho muchos dejan de fumar por el dinero que supone (más de 1.000 euros al año en la mayoría e los casos).

Haz una lista con las ventajas de dejar de fumar

Cada vez que sientas ansiedad repite mentalmente una y otra vez las razones (económicas, de salud o cuales quiera que sean) que te han llevado a tomar la decisión de dejar el tabaco. Cuanto más claro lo tengas, mejor.

Elimina de tu casa todo lo que tenga que ver con el tabaco

Ceniceros, mecheros? tíralo todo a la basura. A la vista de tus ojos no puede quedar nada que te recuerde a un cigarrillo.

Pide ayuda en tu centro de salud más cercano

La adicción es, a final de cuentas, una enfermedad. Por eso no debes tener miedo a pedir ayuda. En los centros de salud de toda España se han implantado programas específicos para fumadores que tiene como único objetivo ayudarte a que pongas fin a tu adicción. Acude a tu médico y pide información.

Si no lo logras, no desesperes

Dicen las estadísticas que quién quiere dejar de fumar lo logra normalmente a su tercer intento por lo que no desesperes ni tires la toalla si no lo consigues a la primera. En este caso, como en casi todo en la vida, el que la sigue la consigue.

Baja a tu teléfono aplicaciones para dejar de fumar

Las aplicaciones que cuentan los cigarros que no has fumado o el dinero que te estás ahorrando desde que has dejado el tabaco son más que útiles. ¿Cómo sino ibas a saber que en menos de un año te has ahorrado ya más de un sueldo?