¿Estás pensando en perder peso para sentirte más saludable pero no te puedes permitir una dieta demasiado exigente o una rutina de ejercicios que te lleve varias horas al día? Pues te proponemos, tanto si no tienes tiempo como si no eres muy aficionado al deporte, cinco pequeños cambios que puedes llevar a cabo en tú día a día y que pueden ayudarte a perder peso sin demasiado esfuerzo. La constancia, eso sí, es más que importante.

Camina más: con media hora al día será suficiente

No hace falta correr ni tan siquiera ir al gimnasio y pasarte horas encima de una bicicleta estática. Intenta caminar más. Hay estudios científicos que demuestran que se puede perder peso sólo con caminar 15 minutos después de cada comida: rehúye el sofá y ponte en marcha, después de comer es lo que tu cuerpo necesita.

Coge la bici para moverte por ciudad

Cogiendo la bici y dejando el coche en casa vas a cumplir un doble objetivo: ahorrarás dinero en gasolina y en aparcamiento y, además, lograrás hacer como poco una hora de ejercicio al día. La primavera y el verano son épocas adecuadas para probar si te gusta la bicicleta para moverte por ciudad. Ni tan siquiera hace falta que te compres una: las ciudades están empezando a adaptarse a las bicicletas y en muchas de ellas ya encuentras puestos públicos de alquiler de este tipo de vehículos que te pueden servir para probar si te gusta esta forma de moverte. Además cada día es más seguro andar en bici por ciudad: busca en la red si en tu ciudad hay carriles específicos para que (sobre todo si eres poco experto) puedas evitar el tráfico rodado.

Adiós a la comida ultraprocesada

Llevas años escuchando que el desayuno es la comida más importante del día pero seguramente no le has prestado excesiva atención a esta comida. No debes comer bollos ni comida ultraprocesada, es mejor fruta, yogur o queso. Los lácteos y la comida sana te pueden ayudar en dos sentidos: primero porque liberan las calorías de una forma más paulatina que los bollos industriales o las galletas lo que te permite tener menos hambre a media mañana y segundo porque son más saludables, contienen menos grasas.

Cambia los refrescos y el alcohol por agua en las comidas

¿Comes con refrescos azucarados o con alcohol? Si no eliges la gama “zero” de los primeros o escoges bien que bebidas alcohólicas tienes que tomar (aquí te informamos de las que más engordan) estarás añadiendo demasiadas calorías a tu dieta (innecesarias totalmente).

Convence a un amigo de que te ayude

Si sales a pasear con alguien aunque sea durante media hora al día será más fácil que cojas el hábito. En muchas ciudades ya se han creado grupos de gente que salen a correr o sencillamente a caminar juntos. Haz que tu vida social sea también una excusa para ponerte en forma y hacer un poco más de ejercicio: sal a pasear el perro con tus amigos o bajaros entre todos una aplicación de esas que cuentan los pasos y poneros pequeños retos: el que más pasos logre una semana gana la apuesta. (Aquí tienes algunas aplicaciones que te pueden ayudar).