A la vuelta de las vacaciones y con la necesidad de retomar la rutina muchos se dan cuenta de lo poco que se han cuidado en el período estival. Por eso es momento de tomar las riendas de la salud y hacer cambios con un doble objetivo: perder peso y mejorar en calidad de vida. Antes de que llegue la Navidad para volver a desbaratar nuestros planes tenemos que ponernos en forma. Pero la gran pregunta es cómo hacerlo. Lo primero y lo más importante es empezar a moverse más. Hace unos días te contábamos (en este artículo puedes repasarlo), cómo tienes que hacer para empezar a cambiar de vida. La clave: empieza poco a poco de forma paulatina. Para empezar deberías caminar unos 10.000 pasos al día pero llegar a este objetivo te costará así que vete paso a paso.

Pero esa no es la única clave. También es importante que el cambio sea a largo plazo. Existen muchas dietas milagro que prometen resultados muy pronto (en apenas unos días). El problema es que esos kilos vuelven tan rápido como se van. Es el tan conocido y manido “efecto rebote”. Por eso es fundamental que te pongas en manos de expertos nutricionistas. Ellos te ayudarán con los pequeños (o grandes) cambios que tengas que hacer en tu vida. Uno de estos profesionales es Miquel Girones, un catalán muy seguido en redes sociales que hace unos días daba un truco y nos contaba el gesto que tienes que hacer cada vez que tengas hambre si quieres perder peso: tienes que beber un trago de agua. Así de sencillo. Beber agua te ayuda a saciar el apetito y, además, es muy bueno para tu salud.

Recuerda que los médicos recomiendan que bebas unos dos litros de agua cada día. Eso mejorará tu salud y tu tránsito intestinal. Recuerda que tienes que beber (sobre todo en invierno) aunque no tengas sed. “El agua no va a engañar a tu cuerpo si realmente tienes hambre física, el organismo no es tonto”, apostilla Girones. El caso es que hay dos tipos de hambre: la psicológica (comer incluso por ansiedad) y la real, la que demuestra que hacen falta calorías para el cuerpo. “Si es hambre física después del vaso de agua seguirás teniendo hambre así que adelante pero si es hambre emocional por aburrimiento, ansiedad, cansancio o soledad ese vaso de agua que te tomas te dará un minuto para calmarte, pensar y preguntarte qué tipo de hambre tienes”, explica Girones haciendo hincapié en que sólo con que una de cada cinco veces funcione este truco ya habrás reducido ostensiblemente las calorías que te metes en el cuerpo por semana. “A veces no nos damos cuenta pero el picar entre horas suma más calorías de las que nos imaginamos”, enfatiza.

Pero los trucos no se quedan ahí. Te contamos otros que también te pueden ayudar. Primero: cambia la cerveza de las cenas y la de media tarde por agua (o por otras bebidas cero calorías que te contamos en este artículo). Segundo: sustituye el azúcar por otras especias para endulzar tus platos y tercero y último (pero no por ello menos importante) pásate a la comida real. Es decir, olvídate de los ultraprocesados. ¿No crees que sólo con eso funcione? En este artículo puedes leer el caso de una chica que es más que inspirador que a buen seguro te dará una idea de lo que debes hacer.