Comer pan es, para muchos, uno de los mayores placeres del mundo. Bueno o al menos uno de ellos. Pero si estás a dieta (y muchos lo están estos días a la vuelta de las vacaciones de verano y al recuperar la rutina laboral), es cierto que tiendes a comer menos. O al menos a cuidar lo que comes. Los nutricionistas llevan tiempo insistiendo en que si quieres perder peso de forma sana tienes que dejarte aconsejar por profesionales y, sobre todo, debes huir de ciertos mitos que se han ido extendiendo a lo largo de los años. Entre ellos el de que el pan engorda. Como alimento natural el pan no es desaconsejable (en caso, evidentemente, de que no tengas ninguna intolerancia alimentaria). Pero hay que comerlo con precaución. Y con un truco: mezclando frutos rojos y mantequilla. (Eso sí, lo importante es moverte, correr y hacer algo más de ejercicio. En este artículo puedes leer una tabla que puedes hacer en 28 minutos).

Uno de los nutricionistas más seguidos de Instagram, Joan Dídac (que está presente con el mote Proviotico en redes sociales), colgó un post en los últimos días en sus cuentas en el que daba la clave para comer pan sin engordar. "Añadir frutos rojos puede disminuir los picos de insulina inducidos por alimento de algo IG", asegura haciendo hincapié en que, en el fondo hay que comer menos pan. Y es que a pesar de que los frutos rojos mitiguen los picos de insulina también puedes conseguir el mismo efecto si añades mantequilla de frutos secos. Son dos elementos que te vienen bien, además, para desayunar. Recuerda que si comes bien a primera hora eso va a evitar que consumas más azúcar a media mañana y que te entre hambre mientras estás en la oficina. Picar entre horas no es buena idea si lo que intentas es perder peso.

Menos malo de lo que parece

"Recuerda que el pan blanco no es el demonio del siglo XXI que te hace ganar peso. ¿Malo? No, ¿Menos nutritivo? Sí ¿Se convierte en grasa? Puff no.

El cambio de dieta no puede quedarse en que dejes de comer una u otra cosa. Los nutricionistas aseguran que lo más importante es empezar a tomar conciencia de lo que comes sin que ello suponga un "sacrificio" exagerado. Si te cuesta mucho trabajo antes o después acabarás dejando la dieta y eso supondrá que vivirás un "efecto rebote" poco recomendado.