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SANIDAD

Los peligros de tomar antibióticos sin control

Su abuso lleva a formar bacterias multirresistentes - Expertos recuerdan que no sirven contra la gripe

El consumo de antibióticos en España es de los más altos de la UE. Shutterstock

El escritor británico HG Wells imaginó, en su novela de ciencia-ficción 'La Guerra de los Mundos', una invasión marciana a la Tierra. La Humanidad se deshacía de sus nuevos enemigos inoculando en ellos millones de bacterias para las que los invasores no tenían solución. Ahora, más de un siglo después de su publicación, el argumento de Wells se ha vuelto contra el hombre en la vida real. El abuso de antibióticos para enfermedades que, o no los requieren o bien no en un grado tan alto, ha provocado la aparición de bacterias multirresistentes a los fármacos de última generación.

Estas bacterias causaron la muerte a 33.110 personas en el año 2015 en todo el conjunto de la Unión Europea -1.899 de ellas en España-, según un reciente estudio del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. Otro estudio del Registro de Actividad de Atención Especializada que maneja la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) eleva a alrededor de 3.000 las muertes en nuestro país, que se sitúa también a a la cabeza en el consumo de antibióticos.

"Si no se actúa con urgencia, en 2050 podría desbancar al cáncer como primera causa de muerte", explica Antonio López Navas, del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos

Datos que preocupan cada vez más a las autoridades sanitarias y a la comunidad médica y científica española, que aúna esfuerzos desde 2014 en el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos. La magnitud es tal que la AEMPS lo considera "uno de los mayores problemas de salud pública" que España debe afrontar en la actualidad, según el último informe anual del Plan. "Si no se actúa con urgencia frente a este problema, en 2050 la resistencia podría desbancar al cáncer como primera causa de muerte", explica Antonio López Navas, coordinador del Plan en el área de Salud Humana, que no obstante indica que las cifras de toma de antibióticos "reflejan un cambio de tendencia a la baja en los dos últimos años".

El informe recoge también el uso "inapropiado" e "indiscriminado" de estos medicamentos como factor principal del problema, una opinión compartida por los expertos. "Estamos a la cabeza en el consumo de antibióticos sin ninguna razón epidemiológica que lo justifique. Hemos abusado de ellos", dice el doctor José Miguel Cisneros, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

En el organismo humano se hallan millones de bacterias, muchas de ellas realizando funciones necesarias para el cuerpo. La clave reside en el hecho de que, al tomar antibióticos para enfermedades que no los necesitan - como por ejemplo, la gripe y otras infecciones causadas por virus - o consumirlos de forma excesiva o inadecuada, las bacterias 'malas', las responsables de las infecciones, van adquiriendo poco a poco las capacidades para resistir a la acción de esos fármacos. Lo hacen hasta el punto de que la adquisición de esas resistencias va "más rápida" que el desarrollo de nuevos antibióticos que las combatan, indica Cisneros. Infecciones urinarias, intraabdominales - como la peritonitis - y neumonías son los problemas más comunes."Ahora tenemos más antibióticos que nunca pero tenemos también pacientes en los hospitales que son resistentes a todos ellos. El desarrollo de resistencias ha desbordado todas nuestras previsiones", añade el presidente de la SEIMC.

El uso inadecuado y el abuso han conducido que se formen bacterias multirresistentes a la acción de los antibióticos

Domingo Gargallo-Viola, presidente la Asociación para el Desarrollo de Nuevos Antibióticos en España (AD-ES), destaca a los pacientes que atraviesan un proceso de inmunosupresión como aquellos que pueden resultar más vulnerables. Personas que se someten a tratamientos oncológicos, trasplantados, enfermos diabéticos y todos los que, por distintas causas, tengan su sistema inmunológico más debilitado podrían resultar más frágiles ante estas bacterias. "Esas cepas se transmiten como cualquier otra. Están muy diseminadas, mucho más de lo que creemos. De hecho, muchas personas son portadoras. Alguien que está sano no tiene problemas con esas cepas. Pero el inconveniente llega si le pasa algo y sufre un proceso de inmunosupresión. El cuerpo no produce suficientes defensas y no tenemos antibióticos suficientes para tratar a esas bacterias", aclara Gargallo-Viola.

La OMS ha identificado 12 clases de patógenos prioritarios "cada vez más resistentes a los antibióticos existentes", indica Antonio López Navas. Entre los que requieren una atención más urgente, están algunas "especialmente peligrosos" en hospitales, residencias de ancianos, y pacientes con ventiladores y catéteres intravenosos por su capacidad de producir infecciones en la sangre y neumonías. Entre ellos están algunos tipos de E. coli, cuyo brote en 2011 causó 56 muertes en Alemania, y las bacterias Acinobacter, Pseudomonas, Klebsiella, Serratia y Proteus.

Además, existen otras bacterias que exhiben una resistencia creciente y que están detrás de enfermedades comunes como la gonorrea y las intoxicaciones alimentarias por salmonela. Entre los antibióticos que más se prescriben de manera indebida están la amoxicilina o ácido clavulánico, sobre todo en Atención Primaria, y las quinolonas, resalta José Miguel Cisneros. La amoxicilina se receta con frecuencia en infecciones de garganta, tracto urinario y bronquitis. Un estudio de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas publicado el pasado mes de abril y realizado en 82 hospitales de 15 comunidades registró 903 infecciones por bacterias multirresistentes en una semana, con el resultado de 177 fallecidos solo en el primer mes de seguimiento de sus casos médicos.

Los antibióticos no sirven ante la gripe

¿Cómo se ha llegado a esta situación? López Navas señala que la responsabilidad no es exclusiva de un solo colectivo, y el presidente de la SEIMC cree que es "compartida" entre profesionales médicos, gestores sanitarios y también la sociedad en su conjunto. "Los médicos españoles hemos prescrito más antibióticos que otros colegas europeos", asegura, ubicando en el problema desde el médico de familia al intensivista, al tiempo que resalta la necesidad de que el sistema integre a más especialistas en enfermedades infecciosas y se dediquen más esfuerzos a la formación de los profesionales. "Se calcula que una de cada dos prescripciones es inadecuada", explica Gargallo-Viola.

La necesidad de una mayor concienciación social sobre el uso de los antibióticos es defendida por todas las fuentes. En este sentido, y ante un período -el invernal- en el que la gripe está afectando a miles de españoles, recuerdan que los antibióticos no sirven para combatir sus síntomas y efectos. "La responsabilidad de la ciudadanía en el uso prudente de estos fármacos pasa por seguir siempre y de manera estricta las indicaciones del profesional sanitario", subraya Antonio López Navas.

Algunos tipos de bacteria E. coli se han convertido en multirresistentes a la actuación de los antibióticos. Los especialistas recomiendan tomar estos fármacos únicamente bajo receta y siempre bajo control médico

Foto: Shutterstock

Gargallo-Viola pone el acento también en las "presiones" que los pacientes ejercen sobre médicos y farmacéuticos para que les dispensen antibióticos. "Les pedimos que nos los prescriban cuando no es necesario, o le decimos al farmacéutico, al que conocemos de toda la vida, que nos los venda sin receta", indica este experto. Ahora al frente de ABAC Therapeutics, una compañía que investiga para lograr nuevos antibióticos, Domingo Gargallo-Viola también hace autocrítica sobre el papel de la gran industria farmacéutica, a la que ha estado vinculado en el pasado. "Las empresas invierten de forma selectiva en aquellos proyectos que supongan un retorno económico. Y esas áreas no son principalmente los antibióticos, sino las enfermedades crónicas, donde los tratamientos duran años", explica.

Las soluciones, según las fuentes consultadas, pasan por reforzar la investigación y formación, además de promover una mayor sensibilización de los agentes sanitarios implicados, como médicos, enfermeros, farmacéuticos y veterinarios, así como la de la sociedad en general para evitar que el consumo injustificado de antibióticos vaya a más. "Hay que decirle al paciente que las bacterias son su patrimonio. Cuando está enfermo, hay que tratarle para destruir solo las bacterias peligrosas. Tenemos que prescribir otros de menor impacto", explica el doctor Cisneros. "Los antibióticos solo deben tomarse cuando los haya recetado un médico y siempre deben seguirse las recomendaciones del profesional sanitario sobre cuándo, cómo y durante cuanto tiempo usarlos. Debemos completar el tratamiento prescrito y, si sobran, llevarlos a la farmacia (punto SIGRE), no guardarlos ni compartirlos con otras personas", subraya Antonio López Navas.

Higiene cotidiana, una de las claves

La auto y sobremedicación son dos de las prácticas erróneas que cometen los pacientes con los antibióticos y todo tipo de medicamentos en general. "La automedicación con antibióticos pone en peligro la salud de todos", resumen Antonio Navas. "La gente debe entender que ha de cumplir las pautas de tratamiento dictadas y no tomártelo cuanto te apetezca" ni tampoco recomendarlo a otra persona porque lo crea conveniente, indican Cisneros y Gargallo-Viola. Medidas sencillas como lavarse las manos también resultan útiles a la hora de prevenir numerosas infecciones en el aparato respiratorio y digestivo. Un buen lavado de manos con agua y jabón no debe durar menos de un minuto y siempre debe realizarse antes de comer, después de emplear el inodoro, tras toser o pasar mucho tiempo en espacios cerrados. "Si seguimos utilizando mal los antibióticos dejarán de funcionar y retrocederemos a la época en que una infección tan común como la neumonía podía provocar la muerte. Avances médicos como la cirugía compleja, los trasplantes de órganos o la quimioterapia podrían convertirse en procedimientos de alto riesgo debido a la mayor probabilidad de infección resistente", concluye el coordinador del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos.

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