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Medicina

Las claves del éxito español en trasplantes y donaciones

Beatriz Domínguez-Gil, directora de la ONT, subraya la solidaridad social y el eficaz sistema público de salud

En 2018, se alcanzaron los 2.243 donantes de órganos. Shutterstock

La donación de órganos es uno de los actos más solidarios que existen. Y España es un gran ejemplo de ello. El año pasado, se alcanzaron los 2.243 donantes, lo que permitió realizar 5.314 trasplantes. Es decir, una media de seis donantes y 14,6 trasplantes diarios, según los datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que en 2019 cumple 30 años de una exitosa gestión, que ha propiciado que nuestro país se sitúe a la cabeza en la tasa de trasplantes por millón de población, con 114. Al frente de la ONT está la doctora Beatriz Domínguez-Gil (Santiago de Compostela, 1971), que sustituyó en abril del pasado año a Rafael Matesanz. Domínguez-Gil destaca el cambio que se ha producido en el perfil del potencial donante, con cada vez más personas fallecidas en edad muy avanzada cuyos órganos son transferidos a pacientes que los necesitan.

"Partimos de una situación de excelencia desde hace bastantes años, y que es atribuible a la solidaridad de la ciudadanía y al sistema público de salud, que permite el acceso de cualquier persona que lo necesite a una terapia tan sofisticada como el trasplante", dice la directora de la ONT. El trasplante renal y pulmonar registró el año pasado máximos de actividad histórica, mientras que descendió el de hígado gracias a los fármacos contra el virus de la hepatitis C.

Para que el ciclo de todo el proceso concluya de manera satisfactoria, es fundamental la detección de que una posibilidad de donación se transforme en la realidad de un trasplante. Aquí entra en juego la coordinación y comunicación que necesita un sistema tan "complejo" y "eficaz" como el español. "Es lo que nos hace estar perfectamente preparados para identificar oportunidades de donación y convertirlas en reales", señala Domínguez-Gil, que ve en esa continua capacidad de innovación que ha desarrollado todo el entramado como una de las razones más importantes del crecimiento, en apenas cinco años, de un 37% en la tasa de donación de órganos en España.

La directora de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatriz Domínguez-Gil. Foto: ONT

La directora de la ONT calcula entre el 1 y 2% el porcentaje de personas que, estando en condiciones de ser donantes y sin haber dejado constancia expresa de su negativa, fallezcan sin convertir ese deseo en futura realidad. "Somos una sociedad muy solidaria, pero también hemos sabido organizarnos muy bien. Por muy dispuestos que estén los ciudadanos, el sistema debe estar preparado para detectar esas circunstancias", indica. Eso incluye conversar con la familia en el caso de que el paciente no hubiera dejado ninguna indicación sobre qué hacer con sus órganos. Un diálogo que se aborda en una tesitura difícil, la del duelo, y que por lo general concluye con el permiso de los familiares para autorizar la donación. En cualquier caso, las negativas familiares en 20187 fueron del 14,8%, un dato "muy inferior" al registrado en los países del entorno de España, como el Reino Unido y Francia, donde se sitúan alrededor del 40%.

Trasplantes

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No todas las personas pueden convertirse en donantes. La directora de la ONT explica las condiciones. "El fallecimiento debe producirse en la UCI de un hospital y, habitualmente, el paciente debe estar conectado a ventilación mecánica". Domínguez-Gil alude también a la importancia de la edad biológica más que a la cronológica. Es decir, a la que atañe al estado funcional de los órganos más que a los años de vida. "Se están trasplantando con éxito órganos procedentes de personas de edad muy avanzada", subraya. La evaluación de la condición de los órganos potencialmente trasplantables incluye también el requisito de que el paciente haya fallecido sin enfermedades que puedan ser transmisibles al receptor, como determinadas infecciones y tumores. Un total de diez comunidades autónomas superaron el año pasado los 50 donantes por millón de población o p.m.p. Cantabria continúa liderando el ranking, con una tasa de 86,2 donantes p.m.p, seguida por La Rioja (80,6), Asturias, (66,7), Extremadura (64,5), País Vasco (64,4) y Navarra (64,1).

Lista de espera

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De forma paulatina, se está produciendo un cambio de perfil en el potencial donante. "Ya no se trata de una persona joven que fallece en un accidente de tráfico, sino que ya tenemos personas de edad avanzada que han muerto por un accidente cerebrovascular, isquémico o hemorrágico", resalta la directora de la ONT. Las estadísticas constatan que, en efecto, los donantes fallecidos por accidentes de tráfico están en el 3,8%, el porcentaje más bajo hasta ahora. Beatriz Domínguez-Gil también destaca el crecimiento de la donación en asistolia, que procede de pacientes fallecidos a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria. De hecho, según los datos de la Organización Nacional de Trasplantes, esta categoría es la principal vía de expansión de los trasplantes, ya que el año pasado se dieron 629 casos de donación de este tipo. Asimismo, la directora de la ONT destaca el trabajo realizado para incrementar la colaboración entre todas las unidades del hospital, en especial las de Urgencias, de manera que se logre avanzar en un modelo de donación que no se restrinja únicamente a las de Cuidados Intensivos.

"Somos una sociedad muy solidaria, pero también hemos sabido organizarnos muy bien", dice la doctora Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes

Pero quedan retos. La lista de espera de pacientes que esperan un trasplante pasó de 3.942 en 2017 a 3.933 al término del pasado año, pese a que se incrementó la de niños - de 19 a 33 -. Según la ONT, "aproximadamente el 10% de los receptores fallecen mientras esperar recibir un órgano". Los trasplantes renales de donante vivo ha experimentado un descenso (de 332 a 289). Domínguez-Gil subraya también la necesidad de una mayor colaboración del sistema público con la sanidad privada, que además varía mucho en función de cada comunidad autónoma. "Uno de los objetivos es seguir incorporando esos centros a los procesos de donación de órganos y tejidos. Por un parte, por una corresponsabilidad social, ya que así se atienden las necesidades de los pacientes, y por otra porque así se le da la oportunidad al paciente de ser donante, de acuerdo a sus valores y principios morales y con independencia de si el fallecimiento se ha producido en la sanidad pública o privada", indica.

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