El esfuerzo físico, la deshidratación, las malas posturas, los largos periodos de tiempo sentados, la carga de peso o el estrés, son, en gran medida, las causantes de que los músculos se dañen. Una de las partes del cuerpo que más se resiente es la espalda, que es probable que pueda sufrir contracciones involuntarias, duraderas o permanentes, de uno o más grupos musculares, lo que se conoce como contracturas.

Para prevenir lesiones de este tipo es recomendable seguir algunos pasos. Un método preventivo eficaz es realizar un buen calentamiento antes de llevar a cabo un esfuerzo físico, además, siempre ayuda trabajar el estiramiento de los músculos después de la actividad. Un buen trabajo de flexibilidad facilita la recuperación de los grupos musculares después del entrenamiento.

Si no se ha podido evitar la contractura, existen algunos remedios que ayudan a la recuperación, aunque, nunca pueden ser sustitutivos de acudir al fisioterapeuta. Un profesional podrá localizar la lesión, averiguar de qué tipo de contractura se trata y aconsejar sobre cómo afrontar el tratamiento.

La valeriana

La valerianaUna de las plantas más utilizadas para los casos de estrés es la valeriana. Su capacidad sedante relaja el sistema nervioso y el cerebro, pero, al contrario de lo que ocurre con otros agentes tranquilizantes, esta planta no provoca agotamiento ni debilita a quien la consume. Por todo ello, puede ser beneficiosa para la musculatura y ayudar a tratar las contracturas.

El magnesio

El magnesioEl magnesio relaja la actividad del tejido muscular y por ende, ayuda a combatir las contracturas. La cantidad recomendable oscila entre 200 y 400 miligramos repartidos en una o dos tomas al día. La ingesta de magnesio ha de evitarse en casos de insuficiencia renal. Tampoco se debe alargar la toma durante mucho tiempo.

El harpagofito

El harpagofitoEl Harpagofito, conocido popularmente como 'garra de diablo', es una planta originaria del desierto africano del Kalahari que guarda grandes propiedades medicinales. Esta planta tiene componentes que le confieren una acción digestiva, antiinflamatoria, analgésica, colérica, antifebril, antidiabética o antioxidante, entre otras. Se usan de 300 a 900 miligramos de extracto seco de la raíz, repartido en una o dos tomas diarias. En el periodo del embarazo no es recomendable utilizarla.

Los baño de sales

Los baño de salesUn relajante baño de sales, además de contribuir a disminuir el estrés, puede ayudar a reducir las molestias por estas lesiones. Además de los 250 gramos de sales de epsom, se puede emplear aceite esencial de mejorana, otras gotas de esencia de romero y otras de lavanda. Todo ello, en una apetecible bañera con agua caliente, puede ser un remedio muy positivo para la lesión, pero también para la mente. Las gotas de los diferentes aceites han de verterse en la sal, antes de echarla al agua.

El aceite de hipérico

El aceite de hipéricoEs recomendable tenerlo previamente preparado y guardado en el botiquín listo para usar, ya que tarda varios días en estar listo para ser utilizado. Se realiza con 50 gramos de las flores y hojas pequeñas troceados, se introduce en un envase de 250 cm cúbicos y se termina de llenar con aceite de almendras. Una vez listo, se deja reposar en un armario protegido del calor y la luz durante 20 días. Pasado el tiempo se debe colar el líquido y ya está listo para utilizar. No es recomendable aplicarlo si se va a estar expuesto al sol.

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