El control de los medicamentos y fármacos que se comercializan en nuestro país es un tema capital para las administraciones y los organismos dependientes del ministerio de Sanidad (en este enlace te mostramos la alerta que emitió sobre casos graves de hipercalcemia en niños y adultos por dosis excesivas de vitamina D). La Fundació Institut Català de Farmacologia ha publicado un extenso y minucioso informe para informar a las autoridades sanitarias y a los usuarios sobre el riesgo de consumir un medicamento concreto para tratar problemas en los huesos como la resorción ósea, o lo que es lo mismo, la pérdida de tejido óseo.

La entidad catalana denuncia concretamente el medicamento denosumab, que se utiliza “para el tratamiento de la osteoporosis en mujeres tras la menopausia y en hombres con riesgo elevado de fractura, y para el tratamiento de la pérdida ósea asociada a la supresión hormonal en hombres con cáncer de próstata y alto riesgo de fractura”. El informe explica que el uso de este fármaco está generando en pacientes infecciones graves, cáncer y patología auntoinmune. “En pacientes tratados con denosumab se han descrito efectos adversos graves, como hipocalcemia (e hipercalcemia de rebote al retirarlo), osteonecrosis maxilar y fracturas atípicas. Estos efectos ya eran conocidos en el momento de la comercialización y constan en la ficha técnica. Cuando el denosumab fue comercializado, ya se conocía por los ensayos clínicos que puede aumentar el riesgo de infección. Hasta ahora se han notificado miles de casos de infección atribuida a denosumab, incluido un buen número de episodios de osteomielitis, celulitis, endocarditis, artritis séptica y dos casos de leucoencefalopatía multifocal progresiva”.

En cuanto al riesgo de cáncer (en este enlace te hablábamos del medicamento cuyo uso prolongado puede aumentar el riesgo de sufrir un cáncer de piel) el informe explica que “en el análisis agrupado de cuatro ensayos clínicos en pacientes con neoplasia y afectación ósea se observó una incidencia más alta de nuevo cáncer primario en los tratados con Xgeva (denosumab 120 mg una vez al mes) que en los tratados con ácido zoledrónico (4 mg una vez al mes)”.

Además, alega que el dejar de consumir el producto provoca un denominado “efecto rebote que puede provocar fracturas en los huesos del paciente que está usando ese medicamento (en esta información te hablábamos de la alerta de Sanidad sobre la escasez de uno de los medicamentos más utilizados por los mayores). “A diferencia de los bisfosfonatos, el denosumab no se incorpora a la matriz ósea, y después de su retirada la resorción ósea no está suprimida […]. “La retirada del denosumab tras dos años de tratamiento se sigue de un efecto rebote que cursa con un aumento de los marcadores de recambio óseo y una reducción de la DMO (medida de la cantidad de minerales, por lo general, calcio y fósforo, que contiene cierto volumen de hueso), que vuelve al valor anterior al tratamiento después de un año”.

Como conclusión este informe declara tajantemente que “el caso del denosumab es particularmente preocupante: es una “droga de los huesos”, que produce dependencia y síndrome de abstinencia, además de cáncer. Hará bien si evita su prescripción”.

Los controles de vigilancia, por lo tanto, buscan alertar al paciente y a los especialistas de aquellos productos que puedan resultar perjudiciales para el paciente a la hora de consumirlos (en esta información te hablábamos del medicamento para la hipertensión que Sanidad está retirando del mercado por precaución).