Parafenilendiamina, mercurio amoniacal, nonifenol, parabenos o formaldehído son algunas de las sustancias que pueden encontrarse en tintes para el pelo, un producto ampliamente utilizado por mujeres y, en menor proporción, por hombres. La exposición a los químicos de estos productos y otros, como los esmaltes de uñas, puede afectar a la salud de múltiples formas.

“La composición de los tintes para el cabello puede variar de acuerdo con el fabricante”, puntualiza en una entrevista con Infosalus el coordinador nacional del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), el doctor David Palacios, que agrega que, según estimaciones, la utilización de tintes para el cabello y las uñas se sitúa en alrededor de una de cada tres mujeres mayores de 18 años y dos de cada tres mayores de 45. Por su parte, uno de cada diez hombres utiliza tintes o tratamientos capilares.

Efectivamente, “diferentes componentes de los tintes tienen potencial tóxico”, zanja el doctor Palacios. En primer lugar cita la parafenilendiamina (PPD), que no sólo se utiliza en la industria de los tintes de pelo, sino que también tiene aplicaciones en “piel, procesamiento textil, cosméticos, litografía, tintes para impresiones, grasas o hidrocarburos. Se encuentra, en mayor cantidad, en los tintes de color más oscuro”, especifica el experto.

Este ingrediente “parece asociarse a gran parte de las reacciones alérgicas más severas y de la irritabilidad de la epidermis o cáncer”, puntualiza el doctor Palacios, que agrega que, de hecho, los tintes que contienen PPD, metilfendiaminas o diaminotoluenos deben declarar en el envase ‘puede provocar una reacción alérgica’, ‘contiene diaminobencenos’ o ‘no utilizar para teñir cejas y pestañas’.

Hay más. El mercurio amoniacal, que puede encontrarse en productos sin PPD y “sirve para decolorar y realzar el color puede relacionarse con reacciones alérgicas”, según el doctor Palacios. El amoniaco o hidróxido de amonio “es responsable del mal olor de los tintes. Puede resultar irritante para las vías respiratorias y muy agresivo con la piel”, continúa el experto de Semergen, que centra su preocupación en los empleados de peluquería y añade que algunos tintes sin amoniaco pueden contener reactivos similares, como la etanolamina.

El agua oxigenada, aunque no es tóxica y se utiliza para eliminar el color natural y facilitar la fijación de pigmento, “puede irritar piel y pulmones”, apunta el doctor Palacios. En referencia al nonifenol u octilfenol, el experto especifica que “parecen ser disruptores endocrinos que se acumulan en la grasa corporal” y “afectan especialmente a los hombres, pudiendo reducir la producción y calidad de los espermatozoides”. Otros disruptores endocrinos son los parabenos y phathalatos. “Algunos parabenos parecen relacionarse con cáncer de pecho, aunque no está bien establecida la relación causal”, según el experto.

Además, en el grupo de los disruptores endocrinos también se sitúa el resorcinol, cuya función es “reaccionar con blanqueadores para favorecer la fijación del color”, continúa el doctor Palacios. Además de ser una sustancia “muy agresiva con la piel, altera la glándula tiroides y las glándulas adrenales, pudiendo afectar a los sistemas nervioso e inmunitario”, apunta el experto. También debe aclararse en el envase e incluir advertencias como ‘no utilizar para teñir pestañas o cejas’ o ‘enjuagar inmediatamente los ojos cuando el producto entre el contacto con estos’. Por último, el doctor menciona el formaldehído, un “compuesto conservante, irritante, alergénico y, en ciertas circunstancias, cancerígeno”, los colorantes y la plata.

Repercusiones más graves

“Las repercusiones de mayor gravedad están relacionadas con el cáncer. Diferentes estudios han evaluado la posible relación existente entre los tratamientos capilares y la presencia de cáncer, especialmente cánceres hematológicos, como leucemias o linfomas, cáncer de mama y cáncer de vejiga”, según el experto. Pero avisa de que los resultados de los estudios son controvertidos ya que algunos sugieren relación y otros la descartan.

No obstante, “en nuestro medio, las principales repercusiones de la exposición a largo plazo a sustancias químicas suelen ser reacciones dermatológicas locales o irritación conjuntival”, agrega el experto. Así, la dermatitis de contacto “consiste en una reacción inflamatoria de la piel, pudiendo ser secundaria a un efecto irritante, o bien a una respuesta del sistema inmunológico frente a una sustancia específica que actúa como sensibilizante. Médicamente diferenciamos entre irritativa, debida al contacto con una sustancia irritante, y dermatitis de contacto alérgica. Clínicamente ambas comparten sintomatología: eritema, eccema, descamación o liquenificación”, explica el experto.

Especial atención a las embarazadas

El experto también insta a las mujeres a ser “especialmente” cuidadosas durante el embarazo, época en la que se aconseja “no utilizar tintes durante las primeras 12 semanas de embarazo”. No obstante, “de acuerdo a los estudios realizados, la aplicación de tintes capilares durante el embarazo parece segura para el desarrollo fetal, debido a la escasa absorción cutánea de los tintes capilares y a la reducida toxicidad actual de los productos utilizados”, indica el doctor Palacios.

Por otro lado, no sólo hay químicos presentes en los tintes para el cabello. Otros tratamientos, como las permanentes, los blanqueos o los alisadores también los contienen. Destacan el peróxido de hidrógeno en el caso del blanqueo o la lejía y el hidróxido de sodio en el de los alisadores.

En primer lugar, es necesario saber que existen los tintes naturales para el cabello. Están elaborados con extractos de tierras o plantas y “provienen de plantas, maderas, flores, algas o tierras. Al ser naturales, puede ser más complicado obtener todos los tonos deseados”, según el doctor Palacios. “Suelen prepararse con agua caliente, teniendo una penetración superficial. Van soltado los pigmentos progresivamente con los lavados y no parecen agredir al cabello”, añade el experto.

Por otra parte, otra forma de prevenir las reacciones alérgicas de los tintes es “realizar una prueba antes de teñirse”, cuenta el doctor Palacios. “Una forma sencilla de realizar un test de sensibilidad o alergia consiste en aplicar una gota de la crema colorante del tubo en la parte interior del brazo. Si no aparece prurito, eritema y/o edema en las primeras 48 horas tras haber aplicado la gota”, puede usarse, asegura el experto de Semergen.

En cuanto a las mujeres embarazadas, el doctor Palacios insta a valorar esperar hasta el segundo trimestre, aplicar el tratamiento en un área bien ventilada, evitar que los productos permanezcan en el cabello más tiempo del recomendado, enjuagar la cabellera con agua tras la aplicación, usar guantes para aplicarlo, seguir las instrucciones del paquete y nunca teñirse o blanquearse cejas o pestañas, ya que podría causar hinchazón o aumentar el riesgo de infección en el área de los ojos. Además, “el embarazo en sí mismo puede cambiar la textura natural del cabello y hacer que reaccione de forma diferente ante la coloración”, recuerda el experto.