Así es el té que causa furor: natural, sin calorías, digestivo y bueno para la piel y el pelo

Es conocido como el elixir milagroso y se puede elaborar en casa

L. M.

Seguro que en los últimos meses has oído hablar de la kombucha. Se ha convertiro en un alimento muy popular entre quienes apuestan por comer sano y sin procesados (los conocidos "realfooders") o consideran un elixir milagroso porque le atribuyen propiedades curativas a todo tipo de dolencias. Sin embargo, al ser un alimento fermentado, su principal beneficio es que ayuda a mejorar la microbiota intestinal.

El té kombucha no es un alimento milagroso en sí, pero tiene muchos beneficios para la salud. A sus propiedades beneficiosas para mejorar el estado del microbioma y la flora intestinal, se suman otras como mejoras en la piel, la caída del cabello o como bebida energizante.

¿Qué es?

La kombucha es un té dulce fermentado a partir de un hongo llamado SCOBY. En el proceso de fermentación, el té gana probióticos que lo convierten en un elemento beneficioso para la digestión. Por su gran variedad de bacterias y levaduras, la kombucha tiene más propiedades que el yogur. Además, de la kombucha hay otros alimentos fermentados interesantes para la microbiota como el kéfir y el chucrut (col, agua y sal).

¿A qué sabe?

Durante la fermentación, la kombucha adquiere un sabor característico, que mezcla dulce y ácido y también un toque amargo. No tiene mucha azúcar y tampoco tiene apenas calorías, por lo que es un alimento perfecto para sustituir a los refrescos.

¿Cómo se hace?

Aunque hay varias marcas en el mercado que han lanzado su línea de té Kombucha, también es posible hacerlo en casa. Para ello es necesario azúcar, bolsas de té (negro, verde o ambos), agua, vinagre de manzana y el hongo SCOBY.

Para su elaboración hay que hervir el agua y el azúcar, introducir las bolsas de té y dejarlo infusionar 10 minutos. Dejarlo enfriar y añadir el vinagre y el hongo. Tapar el recipiente con un paño y dejarlo una semana fermentando.