Son muchos los factores que afectan a nuestro deseo sexual. Es absolutamente normal que nuestra libido experimente oscilaciones, en función de variables como la época del año en que nos encontremos, nuestro nivel de estrés, nuestro estilo de vida, la relación con nuestra pareja, problemas emocionales, enfermedades... En ocasiones, no obstante, esta falta de deseo sexual se prolonga en el tiempo, convirtiéndose en un problema al que hay que buscar una solución. Y es que disfrutar de una vida sexual plena es sinónimo de bienestar físico y emocional.

Para mantener una vida sexual y sentimental que resulte plena y satisfactoria, los expertos recomiendan probar con nuevas experiencias. Entre ellas, se encuentra el 'cubbing', una nueva tendencia que ha revolucionado las redes desde que se ha dado a conocer el término, aunque siempre ha existido.

El 'cubbing' viene del término 'cachorros' en inglés (cubs) y se refiere a los jóvenes que desean tener relaciones casuales o sentimentales con mujeres bastante más mayores que ellos, situándose la media en unos 35 años por encima de la edad del varón.

El término se puso de moda tras la publicaciòn del libro '¿Todavía hay sexo en la ciudad?', de Candance Bushnell, creadora de la serie 'Sexo en Nueva York', y que relata cómo es la vida de las mujeres de más de 50 años. En su trabajo, con el que quería romper prejuicios sexistas, descubrió que el 'cubbing' está totalmente de moda.

Esta práctica se hizo más popular, después de que Instagram censurase un vídeo en el que se promocionaba este libro , en el que la autora publicaba imágenes de dos hombres hablando sobre las relaciones con mujeres maduras, al considerarlo de contenido sensible.

El 'cubbing' no debe confundirse con el término 'cougar' (pantera). La diferencia radica en la perspectiva de género, ya que 'cougar' se utiliza para hacer referencia a mujeres mayores que buscan tener relaciones con hombres más jóvenes.

Tener una relación con una persona mucho mayor trae consigo algunas ventajas, aunque también otras cosas no tan positivas.

Entre otros aspectos, suele suceder que la persona de menor edad se siente más independiente, administra mejor su dinero, se siente más inmaduro, aprende a no pelearse por cosas sin importancia, se siente con más energía, disminuyen los celos, acepta las culpas, es más responsable, experimenta cosas nuevas en el sexo y habla con más naturalidad.

Los expertos aseguran que para estimular el deseo sexual es imprescindible trabajar día a día la comunicación con nuestra pareja. En este sentido, es fundamental hablar con nuestro compañero o compañera, contarle qué nos gusta y qué no en la cama, nuestras fantasías sexuales, cómo nos sentimos...