Estamos en una época del año peligrosa para eso de perder peso. Los propósitos de año nuevo están lo suficientemente lejos si se piensa en los que te fijaste para este 2019 como para poder olvidarlos y a la vez 2020 está lo suficientemente lejos como para empezar a plantearse un cambio de vida. Además nos encontramos en un mes en el que ya casi nadie se acuerda de lo que pensó que iba a hacer al volver a la rutina tras el verano y en el que la tentación hace que pienses más de una vez que “total para lo que queda para Navidad” ya no merece la pena hacer nada.

El caso es que todas las excusas son falsas. No hay ninguna época mala si lo que se quiere es cambiar de vida. Y eso lo demuestran los datos que aportan los profesionales. Los nutricionistas aseguran que en los últimos años se han encontrado con mucha gente que quiere perder peso. Y no sólo por los cánones de belleza. Más bien por salud.

El aumento de las grasas saturadas y del consumo de la llamada “comida basura” ha hecho que cientos de ciudadanos se vean obligados a bajar de peso pero no ya por una cuestión de estética sino de salud. Y es que engordar puede traer trágicas consecuencias en tu organismo. Pero ¿es fácil bajar la barriga?

Lo más importante en este sentido es ponerte siempre en manos de profesionales. La nutrición debe dejarse a quienes entienden de ella. Como el deporte. También es necesario que de la noche a la mañana los que quieren adelgazar pasen a correr una maratón. Pero sí hay que empezar poco a poco. Por eso es importante seguir los consejos que dan los nutricionistas que saben lo que tienes que hacer para mantenerte en tu línea.

En este sentido hay dos cosas que tienes que hacer antes y después de cada comida. En primer lugar tienes que aprender a diferenciar entre el hambre real y la sensación psicológica de que necesitas llevarte algo a la boca. A veces es el subconsciente el que nos traiciona y nos hace comer de más. Por eso es importante que a la hora de sentarte a comer (si puede ser unos cinco minutos antes) te bebas un buen vaso de agua. Así tu estómago estará más lleno y meterás menos comida. También ayuda comer en un plato más pequeño. Las raciones son casi más importantes que lo que comas en realidad. Recuerda, en este sentido, que si algo tienen claro todo los nutricionistas es que sólo vas a conseguir bajar de peso si caes en lo que se denomina un “déficit calórico”. Es decir: si consumes más calorías de las que ingieres. Y de ahí el segundo consejo.

Una vez que hayas comido (o cenado) te va a venir muy bien salir a dar un paseo. Bastará con que te muevas 15 minutos. De hecho tirarte en el sofá es siempre una mala idea después de comer. No en vano es el momento en el que el cuerpo necesita más actividad para quemar calorías.

Estos pequeños trucos pueden hacerte (si los combinas con otros como renunciar a los refrescos azucarados o al alcohol) perder hasta cinco kilos en un plazo muy corto de tiempo y, además, empezar a vivir de una forma mucho más saludable que es al final de lo que se trata.