"En la vida, unas veces se gana y otras se aprende". Frase épica (desconozco la autoría), que en más de una ocasión ha sido criticada porque traduce aceptación de la derrota como algo bueno. Pero que, en este contexto que respiramos desde hace meses, es absolutamente aplicable. Hay bastantes diferencias entre aquello que vivimos en marzo y lo que estamos viviendo ahora. Y es que, no hemos ganado la batalla al virus, pero una de las grandes herramientas que hemos utilizado para hacer una gestión diferente en las residencias del ERA, ha sido el aprendizaje continuo.

Eso, y mucho más de lo asumido en el anterior periodo, y en la discreta calma del tránsito hasta esta nueva ola. Es importante recordar que para conseguir resultados con un bagaje pandémico tan corto, nos debemos mover entre la evidencia (breve), la prudencia (proporcional) y la constancia (infinita). Todo ello en un espacio vulnerable, biográfico y diverso. Es por eso que en el ERA engranamos diferentes fuerzas con un eje de rotación y prevención común: evitar el impacto del virus dentro de las residencias.

¿Cuáles son Las fuerzas? Los y las residentes, sus familias: con su capacidad de entendimiento de la situación y su valentía. Los y las profesionales: con su compromiso, con su aprendizaje, con su esfuerzo y experiencia, y con su estabilidad. Las estructuras: con su capacidad de sectorización, sus espacios comunes abiertos, la colaboración con los municipios. Las barreras físicas al virus: con un buen fondo de material de protección almacenado. Los procedimientos vivos: formas y maneras de actuar y de decidir. La coordinación: social y sanitaria, de equipo, de ámbitos y sectores. Las actuaciones precoces: con los cribados y las pruebas anticipatorias, las 3 emes? La Gestión de soporte: los Servicios Centrales, los que no se ven?El liderazgo. Ellas y ellos, que impulsan al grupo.

Y también con conceptos activos como el ejercicio de la comunicación. A cualquier hora y cualquier día. Con todo, hemos sido capaces de conseguir que el eje que nos motiva en contexto, siga siendo capaz de mover la máquina con cierta sincronía.

Pero en todo engranaje hay un marco, y ahí están otros aspectos de especial relevancia. Otra visión de lo humano y de las elecciones que tenemos para la vida que queremos: las más emocionales. Queremos vivir una vida normal sin que la vida esté normalizada, porque es realmente de derecho, que nuestros entornos sociales y nuestras decisiones formen parte de lo más íntimo de nosotros. Y es que, en la privacidad es donde se mueve la libertad más consolidada. Pero el techo del bien común debe adaptarse a todos con equidad y justicia. Con nuestra diversidad. Con la de ellas y ellos.

En los últimos meses la protección es un término de uso frecuente entre toda la ciudadanía, por eso en el contexto de lo colectivo en los centros de mayores, desde el ERA, nos hemos movido en la promoción de la vacunación contra la gripe. Para que no nos despisten otros virus, y para evitar confluencias e incertidumbres. La respuesta que está habiendo a esta propuesta, traduce compromiso de las personas. Gracias.

Y como la vida no se puede frenar, a pesar de las pandemias, seguiremos trabajando en nuevos modelos y en el aprendizaje continuo para mejorar nuestras actuaciones. Y mientras, seguiremos esquivando al virus.

Entre todas y todos.