La gran mayoría de la población española lo primero que hace nada más levantarse es desayunar. Entra dentro de la lógica. Llevas horas sin comer y tu cuerpo tiene hambre. A lo largo de los últimos años se ha hablado mucho de esta primera comida del día. Muchos han asegurado que es la más importante pero los nutricionistas llaman a huir de ese viejo axioma. Es importante lo que comas durante todo el día no sólo lo que ingieras durante el desayuno. Pero lo que sí que es cierto y en eso están de acuerdo todos los expertos es que hay que tener especial cuidado con esa primera comida si quieres adelgazar. Y sobre todo si madrugas. Esto hay que explicarlo.

Normalmente por culpa de la industria alimentaria y de su publicidad solemos asociar los dulces al desayuno. Por eso no s atiborramos de productos poco sanos que hacen que nuestro cuerpo sufra una rápida subida de azúcar que nos hace sentirnos llenos. Pero esa sensación no es del todo real. Muchas veces habrás comprobado (sobre todo si te levantas pronto porque tienes horario de mañana y comes tarde) que apenas tres horas después de desayunar vuelves a tener hambre. Y tienes que parar y tomarte un aperitivo. Y vuelves a abusar de ultraprocesados. Ese es el gran error que muchos cometen. Aún no han llegado ni tan siquiera las 12 del mediodía y ya has ingerido más calorías de las necesarias. Pero tenemos la solución.

Tu forma de desayunar tiene que cambiar de forma radical. Debes ingerir alimentos naturales como fruta o leche. No le tengas miedo a los lácteos ni a los cereales. Tienes todo el día por delante y acabarás gastando esa energía. Lo más importante de todo es que la comida sea saciante.

Combinando fruta, avena y lácteos el desayuno puede saciarte para toda la mañana. Así evitarás muchas calorías innecesarias. Y otro consejo: lleva al trabajo algo de fruta. Así si tienes hambre a media mañana podrás evitar los insanos ultraprocesados. También tienes que tener siempre a mano una botella de agua. En este enlace puedes ver las ventajas que tiene beber agua para la salud.

La clave es que el desayuno no suponga un exceso de dulce. Para ello vas a tener que esforzarte un poco y no porque los alimentos sean menos apetecibles (las fresas con queso fresco por ejemplo son una gran opción), sino porque a lo mejor vas a tener que preparar el desayuno la noche antes y dejarlo en la nevera para disfrutarlo por la mañana. Recuerda que todos los días en nuestra sección de salud puedes encontrar consejos para vivir y sentirte mejor.