El Banco de Leche Materna de Asturias, ubicado en el Servicio de Neonatología del HUCA, ha recibido en los últimos cuatro años, desde su puesta en funcionamiento, 1.157 litros de leche que han beneficiado a 334 neonatos. La mayoría grandes prematuros, es decir, bebés que nacen antes de las 32 semanas de gestación y/o con un peso inferior a 1.500 gramos.

Esos más de mil litros de leche los donaron 194 madres, con una edad media de 34,7 años. La mayoría de ellas cuentan con estudios universitarios y han tenido un embarazo previo. De entre todas las donantes, 47 tuvieron a sus hijos ingresados en Neonatología, lo que posiblemente les acercó a una realidad dura que les sensibilizó con la donación. Los hijos de 17 de ellas fueron, además, receptores a su vez de leche materna pasteurizada. Y entre las vivencias más duras están las de siete madres que donaron su leche tras la muerte de sus hijos.

Pero la donación de leche no es algo exclusivo del HUCA. La mayoría de las madres citadas han donado ahí –es el centro con la experiencia más larga–, excepto 17 madres que han entregado leche en Cabueñes y seis que lo hicieron en el de San Agustín. Ambos equipamientos sanitarios funcionan como centros satélites del banco desde 2019.

En lo que va de año, 30 neonatos han sido alimentados con leche donada, seis de ellos en Cabueñes, lo que implica que hasta el día de ayer habían sido 19 madres las que han entregado este año 116,6 litros de leche para la donación.

Todos esos datos se han actualizado esta semana, en la que se celebra el día de la donación de leche materna. El coordinador del Banco de Leche Materna de Asturias, Enrique García López, no pudo por menos que reseñar esa efeméride apuntando que la donación de leche materna es “un acto de generosidad y solidaridad que permite mejorar la supervivencia de estos niños” tan vulnerables. Y toda la sociedad debe estar agradecida.