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Los 10 mandamientos del ejercicio físico en verano

Beber agua, protegerse del sol, adaptar el entrenamiento y salir al aire libre son algunos de los consejos de COPLEFC

Un hombre hace ejercicio al aire libre.

De junio a septiembre entrenar se convierte en un esfuerzo monumental. Sudores desproporcionados, un calor asfixiante y una tremenda humedad se convierten en los peores enemigos para muchos deportistas. Estos son algunos consejos del Col·legi de Professionals de l'Activitat Física i l'Esport de Catalunya (COPLEFC) desde su plataforma #LaSalutSentrena, para hacer la práctica deportiva más segura en los meses de calor.

1- Evita las horas de máximo calor

Parece una nimiedad, pero es básico evitar exponer al cuerpo a las horas de máximo calor. Con la actividad física el cuerpo sube su temperatura y evitando realizar ejercicio entre las 12 y las 15 horas se evita sobreexponer el cuerpo a temperaturas extremas. Además en caso de ser actividades al aire libre, sería recomendable evitar las horas más peligrosas del sol.

2- Hidrátate

Se practique o no actividad física, en verano la hidratación es clave para la salud. Con las elevadas temperaturas, exudamos más que en invierno y resulta básico mantener una correcta hidratación para no sufrir mareos, dolores de cabeza y otras consecuencias de la deshidratación. Tanto antes, como durante y después de cualquier tiempo de actividad física hay que asegurarse de contar con una cantidad suficiente de agua para no echarla en falta. 

3- Come adecuadamente

Mantener una dieta saludable ayuda a que el cuerpo funcione mejor en momentos de estrés como puede ser la práctica deportiva en verano. Una correcta alimentación contribuirá a un mejor estado de salud general y con ello a un mejor rendimiento físico. 

4- Sé progresivo

No pretendas exprimir al 100% tu cuerpo sin un periodo de adaptación previo. Ir ampliando progresivamente la frecuencia de los entrenamientos ayudará a que el cuerpo se adapte progresivamente a la actividad física. Es recomendable entrenar un mínimo de 30’ diarios en el caso de los adultos que podemos ir aumentando en duración a medida que avance la práctica. En caso de sufrir o haber sufrido alguna enfermedad o lesión consulta con un profesional sanitario qué práctica deportiva puedes realizar. 

5- No dejes de entrenar

Aunque a veces resulta complicado, trata de mantener la actividad física en tu rutina. Dejar de hacer actividad física solo hará que cueste más volver a empezar. Adapta el entrenamiento a tus capacidades y fuerza y se constante para obtener resultados. Entrenar en compañía o marcarse objetivos a corto y medio plazo ayuda a comprometerse y no fallar. Registra tus progresos con aplicaciones o herramientas online para poder planificar los siguientes pasos y consulta a un profesional de la actividad física para diseñar planes de entrenamiento específicos conforme a los objetivos marcados. 

6- Protégete del sol

Si vas a practicar deporte al aire libre recuerda aplicarte crema solar y usa una gorra gafas para proteger tu cabeza y ojos del sol. Así evitarás quemaduras e insolaciones. Existen protectores solares específicos SPF 50 para deportistas que no se van con el sudor ni el agua. 

7- Busca lugares ventilados y a la sombra

Si puedes trasladar tu entrenamiento al aire libre, ¡hazlo! La brisa ayudará a que no sientas tanto calor y te hará más llevadera la práctica deportiva. Buscar lugares con sombra suficiente con circulación de aire facilitará más que se pueda disfrutar del entrenamiento. En verano hay muchas opciones de deportes al aire libre que permiten disfrutar del buen tiempo. 

8- Ropa y calzado adecuado

Aunque es un consejo que debemos poner en práctica todo el año, una ropa y calzado adecuados pueden facilitar mucho el entrenamiento. Piensa en ropa que cubra los muslos si vas a salir a correr por ejemplo para evitar rozaduras o utiliza un calzado transpirable para evitar hongos por el sudor de los pies. 

9- Descansa

Importante. Siempre debemos recordar que el descanso es una parte importantísima de cualquier actividad física. Si no damos la oportunidad a nuestros músculos de recuperarse del esfuerzo al día siguiente no estarán listos para volver a entrar en acción. Un buen descanso nos permite además estar más frescos de cara al siguiente entrenamiento y disfrutarlo más dándole más intensidad. De poco sirve entrenar hasta la extenuación un día si al día siguiente eso impide que se vuelva a entrenar. 

10- Escucha a tu cuerpo

Por último, pero no por ello menos importante, escúchate. Hay días que el cuerpo nos pide descansar o que por mucho que queramos salir a correr, nuestro cuerpo no está en condiciones de hacerlo. Si en cualquier momento no te sientes bien haciendo alguna actividad física, detente, bebe agua y valora si es mejor dejarla para mañana o realizar otro tipo de entrenamiento. 

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