Un estudio ha constatado que el consumo de ácidos grasos poliinsaturados, como el Omega 3, disminuye hasta en un 25 por ciento el riesgo de discapacidad auditiva en mujeres, según ha informado este miércoles la Universidad de Oviedo.

Este trabajo, que ha sido desarrollado por investigadores del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), de la Universidad de Oviedo y del Instituto IMDEA-Food, concluye que los poliinsaturados (como los de la familia del Omega-3 y Omega-6) ejercen un factor protector frente a la discapacidad auditiva en mujeres.

Entender cómo afecta la ingesta habitual de ácidos grasos específicos a la función auditiva podría ayudar a desarrollar recomendaciones dietéticas para un envejecimiento saludable, resalta este estudio realizado entre más de 105.000 hombres y mujeres a partir de los 40 años y publicado en el "European Journal of Nutrition".

Este trabajo, que proporciona una prueba más del efecto positivo de la grasa dietética "saludable" en personas mayores, se ha realizado con el objetivo de examinar la asociación entre la ingesta de ácidos grasos y la discapacidad auditiva durante un periodo de seguimiento de más de tres años.

La ingesta dietética por parte de los participantes de ácidos grasos totales, ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), ácidos grasos saturados (SFA) y ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) se evaluó al inicio del estudio, examinando asimismo la capacidad auditiva de los pacientes.

De los 105.000 participantes, 832 hombres y 872 mujeres habían desarrollado una discapacidad auditiva al finalizar el estudio.

Los resultados muestran la asociación entre una alta ingesta de ácidos grasos poliinsaturados y un menor riesgo de discapacidad auditiva en mujeres, sobre todo en las menores de 60 años, tal y como explica el investigador del CIBERESP Humberto Yévenes y primer firmante del estudio, que indica que "reemplazar el 5% de la ingesta energética de ácidos grasos saturados por una energía equivalente de ácidos grasos poliinsaturados podría reducir el riesgo de discapacidad auditiva en un 25%".

"Este estudio es muy importante porque la pérdida auditiva es una de las principales causas de años vividos con discapacidad, y se considera invisible porque habitualmente se subestima en comparación con otros problemas de salud, de ahí que podríamos ayudar a desarrollar recomendaciones dietéticas para conservar una audición óptima”, según explica Esther López, investigadora del CIBERESP en la UAM y última firmante.

Alberto Lana Pérez, profesor del Departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo, añade que "uno de los aspectos más interesantes de este trabajo reside en su lectura más general, ya que proporciona una prueba más del efecto positivo de la grasa dietética saludable para la salud de las personas mayores, lo que ayuda a estar un poco más seguros cuando decimos a la población que lo verdaderamente importante no es tomar menos grasa, sino elegir aquella de mejor calidad".

En las personas mayores, la pérdida auditiva se ha asociado con un mayor riesgo de aislamiento social, depresión, deterioro cognitivo, mala calidad de vida y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.