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Carlota Fernández Farmacéutica, dietista-nutricionista y divulgadora del “realfooding”

"Comer como nuestros abuelos nos libra de enfermedades"

"El cachopo es lo más 'anti-realfood', pero una fabada al año no hace daño"

Carlota Fernández, dietista-nutricionista y divulgadora del "Realfooding": "El cachopo es anti-realfood pero una fabada al año no hace daño"

Carlota Fernández, dietista-nutricionista y divulgadora del "Realfooding": "El cachopo es anti-realfood pero una fabada al año no hace daño" VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Víctor Alonso

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Carlota Fernández, dietista-nutricionista y divulgadora del "Realfooding": "El cachopo es anti-realfood pero una fabada al año no hace daño" Elena M. Chorén

Las redes sociales nos han cambiado hasta la forma de comer. Esto lo sabe bien Carlota Fernández (La Fresneda, 1995), que dejó su trabajo como dietista en el Real Madrid para convertirse en la voz del “realfooding”, un movimiento que nació gracias al boca a boca digital. Creía en el mensaje que popularizó el nutricionista Carlos Ríos, basado en eliminar los alimentos ultraprocesados de la dieta, y ahora ayuda a difundir la idea a través de vídeos y fotos que solo en Instagram siguen medio millón de personas.

-¿El “realfooding” es una dieta?

-No se puede considerar una dieta. Es más bien un estilo de vida prolongable en el tiempo. Se trata de comer comida real, de rescatar lo que comían nuestros abuelos y dejar de lado los ultraprocesados que causan enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2. La idea es educar a nuestro paladar para que se adapte a los sabores reales de cada alimento y deje de lado los más artificiales a causa de azúcares o harinas refinadas.

-¿Cómo afecta este cambio de hábitos al organismo?

-Hicimos una encuesta a través de Instagram para preguntar por los beneficios que había visto la gente. Sorprende mucho ver que las respuestas son muy variadas: van desde descansar mejor, tener más motivación para hacer deporte, sentirse bien por dentro y por fuera, experimentar mejores digestiones, disminución de enfermedades no transmisibles, cardiovasculares o incluso cánceres, pérdida de peso… Es un todo.

-¿Ayuda a perder peso?

-Sí, sobre todo si la dieta anterior tenía un alto porcentaje de procesados y lo restringimos de forma drástica. La forma de cocinarlos también cuenta. No hay frituras en el “realfooding”. Además, comer comida real disminuye mucho la ansiedad.

-No se fríe y, ¿cómo se endulza?

-Con fruta fresca o deshidratada (como la pasta de dátiles que se hace triturándolos con un poco de agua). Nuestro objetivo es adaptar el paladar a los sabores de cada alimento y los azúcares simples o los edulcorantes, aunque no tengan calorías, no nos dejan acostumbrarnos al sabor real.

-¿Cuánta carne se recomienda comer a la semana?

-Lo ideal es evitar los embutidos y las carnes procesadas que normalmente llevan muchas cosas añadidas. Si elegimos una carne de calidad, no hay nada malo en comerla a menudo. Si hablamos de carne roja, se puede comer una vez a la semana y aves (como el pollo y el pavo) se pueden ingerir con más frecuencia sin ningún problema.

"El huevo es saludable, tiene proteínas y grasas de calidad y no aumenta el colesterol como se ha dicho mucho"

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-¿Se puede comer huevo todos los días?

-Se puede, pero sin que desplace el consumo de otros alimentos, como frutas y verduras. El huevo es saludable, tiene proteínas y grasas de calidad y no aumenta el colesterol como se ha dicho mucho.

-¿Cree en las bondades de los llamados “superalimentos”?

-Yo nos los llamaría así, pero nutricionalmente reconozco que hay algunos alimentos de este grupo que están muy bien. Por ejemplo, las semillas de chía tiene un perfil de ácidos grasos muy bueno y cuando las hidratas generan un mucílago que es muy beneficioso para las bacterias intestinales. Sin embargo, no me gusta llamarlos superalimentos porque no son mágicos.

-¿Teme que el “realfooding” se quede en una moda como otras corrientes alimenticias?

-Las dietas que se ponen de moda, como la cetogénica o la dukan, son dietas que, a no ser que tengas una patología en concreto, no son prolongables en el tiempo porque restringen muchos alimentos. Son inviables. Comer comida real no es restrictivo. El mensaje es: en lugar de comer patatas fritas y hamburguesa procesada, es mejor cocinar una buena carne y hacer unas patatas al horno con aceite de oliva. No es necesario privarse de nada.

-Se dedica a difundir estas ideas en redes sociales, ¿hay muchas críticas?

-Antes de trabajar como “community manager” [encargada de redes sociales] para Carlos Ríos lo seguía desde fuera y creía que había muchos “haters” [detractores]. Ahora que soy yo la que gestiona los comentarios en las redes me doy cuenta que no; hay más gente que te da las gracias.

-El movimiento es muy crítico con la industria alimentaria y los supermercados, pero ahora venden allí los productos de la marca que acaban de lanzar, ¿no les han vetado?

-No, contra todo pronóstico, ocurre lo contrario. Precisamente el otro día Carlos Ríos recodaba cuando él empezó y se metía mucho con la industria alimentaria. Ahora que ha lanzado una serie de productos “realfood” al mercado, creía que sería difícil distribuir a través de ellos, pero son los grandes supermercados los que nos piden la exclusividad de algunos productos conscientes de su demanda.

-¿La dieta asturiana es “realfooding”?

-Puede serlo o no serlo. Si me imagino unos fritos de pixín, no son “realfood” porque están rebozados, pero un pixín sí lo es. Una fabada es dudoso porque las carnes procesadas no suelen ser muy saludables, pero, oye, una fabada al año no hace daño.

-¿Y el cachopo?

Es el “anti-realfooding”. Normalmente está frito en aceites de girasol o cualquier otro aceite vegetal refinado y en el rebozado también lleva harinas refinadas. Se pueden hacer versiones saludables de la dieta asturiana, pero si un turista viene probablemente no coma muy “realfooder”.

-¿Qué comer entonces en un restaurante?

-En casi todos los restaurantes, excepto los de comida rápida, hay opciones saludables. Se puede pedir una ensalada, verduras a la brasa, un pescado al horno o marisco, que en Asturias podemos presumir de comerlo fresco.

"La recomendación es consumir cero alcohol; existen polifenoles en una copa de vino, pero más tienes en la propia uva"

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-La copita de vino con las comidas, ¿está permitida?

-No, de alcohol nada. Cualquier persona que sea un profesional de la salud debería tener muy claro que la recomendación es cero alcohol porque su consumo es una de las principales causas de muerte a nivel global. Es verdad que existen polifenoles en una copa de vino, pero más tienes en la propia uva.

-Se acercan las Navidades, ¿cómo se hace un menú “realfood” para estas fechas?

-Yo recomiendo no obsesionarse. Se puede disfrutar de alguna comida que nos guste especialmente. Por ejemplo, yo no haría un roscón de Reyes “realfood”, yo lo consumiría tal cual es. Es una vez al año, no pasa nada. Eso sí, hay que ser consciente que lo que se está comiendo es una cantidad de azúcares y aceites vegetales refinados alta. Más allá de los caprichos, el resto de las fiestas hay que habituarse a seguir una dieta en la que se prioricen las verduras, los frutos secos o las legumbres.

Menú "realfood" para un día

DESAYUNO

La propuesta para desayunar es una tostada de pan 100% integral untada con dos cucharadas de hummus, medio aguacate y un huevo mollet. Para terminar, se le puede echar sal y pimienta al gusto y unas gotas de limón para darle un toque cítrico.

COMIDA

La propuesta para almorzar es un risotto de calabacín y langostinos con arroz redondo. Además de estos ingredientes principales, esta receta lleva media cebolla picada, dos ajos en láminas, parmesano, sal, pimienta y cebollino fresco.

CENA

Se puede cenar pizza “realfood” si se hace casera. Esta masa lleva 250 gramos de harina de espelta, agua, aceite de oliva y sal. El relleno está compuesto de queso, tomates cherry, dos ajos, un chorro de aceite, albahaca, orégano y sal.

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