Las quemaduras son lesiones relativamente frecuentes que pueden suceder en múltiples escenarios, como el hogar al cocinar. Es importante saber cómo actuar cuando se producen, ya que remedios caseros repetidos hasta la saciedad, como aplicar pasta de dientes, no son recomendables.

En cuanto a las causas que pueden producir una quemadura, en los niños pequeños, la causa más frecuente de quemadura es la escaldadura en el contexto de la preparación y consumo de alimentos.

Por su parte, los adolescentes se suelen quemar más con llama, debido a accidentes con mecheros o con gasolina de moto. Los adultos, fundamentalmente en edad laboral, también se queman más frecuentemente con llamas, mientras los ancianos suelen quemarse por escaldaduras, como los niños o, por la movilidad limitada que a veces tienen, se quemen en la cocina, distingue la experta.

Las quemaduras son de distintos tipos y su clasificación depende de su gravedad, es decir, según la afectación en las capas de la piel.

Así, las más leves son las quemaduras de primer grado, en las que se afecta solamente la capa superior de la piel, la epidermis. Entre sus características destaca el enrojecimiento, son dolorosas y son las típicas de las quemaduras solares.

Las quemaduras de segundo grado, el siguiente escalón relativo a la gravedad porque afectan a la epidermis y a parte de la dermis, pueden ser de dos tipos. Si se afecta solamente la capa más superficial de la piel, es una quemadura de segundo grado superficial; si se afectan las capas más profundas de la dermis, es una quemadura de segundo grado profunda.

Las características definitorias de una quemadura de segundo grado superficial son la aparición de ampolla, son dolorosas y suelen tener buen pronóstico. Estas son típicas de los líquidos calientes pero con poca densidad, como el agua o la leche.

Por otro lado, las características de una quemadura de segundo grado profunda son un color rojo o más blanco, puede no haber ampollas y también son relativamente dolorosas, pero, como hay mucha destrucción de terminaciones nerviosas, a veces no tienen tanto dolor como las superficiales. Este caso, que se puede producir por llamas o líquidos calientes de alta densidad, como el aceite, sí es más grave y, de hecho, pueden requerir incluso tratamiento quirúrgico.

Por último se encuentran las quemaduras de tercer grado. Las más graves y en las cuales están todas las capas de la piel afectadas, como la grasa o las fascias, en este caso, la piel se presenta inelástica, blanca u oscura y no suelen doler. Se producen por productos químicos, líquidos muy calientes, electricidad o llamas.

Cómo proceder

En este contexto, con una quemadura que se produzca en casa, lo primero que hay que hacer es enfriarla con agua del grifo todo el tiempo que sea necesario hasta que disminuya el dolor. No sirve agua helada ni hielo, el hielo puede producir quemadura.

El agua tiene que ser a temperatura del grifo, a temperatura corriente, descartando la utilización de remedios caseros como pasta de dientes, lejía, clara de huevo o planta de aloe vera. La lejía profundiza más la herida y el hecho de tener que retirar lo que se haya aplicado puede hacer la cura más dolorosa.

Agua y nada más, y tras esto, se busque atención médica, acudir a un centro de salud para que valore la quemadura. Hay que evaluar la quemadura, ver el grado que tiene y, dependiendo incluso de la localización, si está localizada en lo que llamamos zonas nobles, como cara, cuello o pies, podría tener que ser derivado a una unidad de quemados con personal específico para el tratamiento.