Los azúcares son un elemento importante para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. No hay que prohibirlos totalmente en nuestra dieta. Sólo es necesario restablecer el equilibrio entre las necesidades energéticas y la ingesta de calorías. Nuestro cuerpo no necesita, salvo en términos de placer y sabor, introducir más de una cierta cantidad de azúcar en nuestro organismo.

Nuestra sociedad está llena de tentaciones. Las bebidas gaseosas, los dulces industriales, la comida basura y los aperitivos de diversa índole, si se consumen de forma desmesurada, podrían ser la causa de importantes enfermedades, entre ellas la obesidad. Se calcula, de hecho, que en los últimos treinta años la incidencia mundial del sobrepeso ha aumentado.

¿Cuánto azúcar consumir para perder peso? La OMS lo aclara

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario limitar el consumo de azúcares libres a no más del 10% de la ingesta calórica diaria. Esta cifra no incluye los llamados azúcares intrínsecos (es decir, los que se encuentran en la fruta y la verdura) ni los que se encuentran en la lactosa.

La recomendación de la OMS abarca los azúcares que se añaden durante la preparación doméstica e industrial de alimentos y bebidas, así como los que están presentes de forma natural en la miel y los zumos de fruta, mientras que no se incluyen los azúcares de la fruta consumida en su estado natural ni los de la leche.

Por último, los ciclos hormonales varían a lo largo del día, por lo que el mismo alimento ingerido en diferentes momentos del día tiene un efecto diferente en nuestro cuerpo. Es necesario, de hecho, favorecer la ingesta de azúcar en el desayuno, durante las horas de la mañana. De esta manera, nuestro organismo tendrá la energía necesaria para afrontar el día y más posibilidades de deshacerse de lo ingerido en comparación con las horas de la tarde.

Hoy en día, perder peso es un pensamiento fijo para muchas personas. Es muy fácil ganar peso debido a la gran cantidad de comida que se ingiere, a los malos hábitos y a un estilo de vida poco saludable. Perder peso, en cambio, es más difícil, y hay que intentar ser constante en esto.

Además de consultar a un nutricionista para intentar seguir la dieta más adecuada, no debemos olvidar hacer ejercicio para quemar más calorías y definir mejor el cuerpo. Los estudios sobre este tema no cesan, y un estudio reciente ha puesto de relieve que una vitamina en particular puede ayudar en este proceso de adelgazamiento.

La vitamina examinada en estudios recientes es la vitamina D. Investigadores de los Países Bajos analizaron a más de 7.000 personas con obesidad y descubrieron que las personas con más grasa tenían niveles bajos de vitamina D en su organismo.

Las personas que no tienen niveles suficientes de vitamina D no pueden procesar bien los nutrientes que les llegan del exterior. Por lo tanto, es muy importante tener un buen nivel de esta vitamina para que el intestino y el metabolismo funcionen de forma óptima. La relación entre el nivel adecuado de vitamina D y la pérdida de peso existe y se ha demostrado científicamente.

Según los expertos, las necesidades diarias de vitamina D son de 15 mcg (600 UI), que deben tomarse de todas las fuentes posibles. Estos son el sol, alimentos como las zanahorias, el pescado y los cítricos. Además, el médico puede decidir recetar suplementos.

La vitamina D es capaz de generar serotonina, que es esencial para sentirse lleno y controlar el apetito. En resumen, esta vitamina desempeña un papel fundamental en la pérdida de peso y no hay que subestimar su importancia para nuestra salud.

Si bien a lo largo de los últimos meses numerosos científicos y nutricionistas se han esforzado en las redes sociales en intentar hacer que cale la idea de que no existe ninguna receta mágica para perder peso, más allá de que la única manera de adelgazar con salud es caer en un déficit calórico. A día de hoy algunos estudios con contrastada eficacia han descubierto que hay algunas infusiones que te pueden ayudar en una tarea que no es sencilla a día de hoy.

En este sentido varios estudios han demostrado en las últimas semanas cómo el té verde te puede ayudar a reducir grasa y bajar de peso. El te verde es un tipo de infusión que, tal y como explican en la revista Mens Health a nivel internacional, está hecho de los mismos ingredientes que el negro pero "procesado de manera diferente".

Lo primero que tienes que tener claro es que si empiezas a beber infusiones tendrás menos momentos para consumir bebidas calóricas y azucaradas por lo que, al restar esas calorías vacías que ingieres con determinados líquidos, será más fácil que pierdas peso.