La fruta que puedes comer como snack para tener una memoria extraordinaria

La clave para mantener en forma el cerebro

La vida moderna imprime un desgaste extra para el cerebro. Un factor tan cotidiano hoy en día como el estrés, por ejemplo, repercute negativamente en el proceso de producción de neuronas. En el mismo sentido incide la depresión, considerada la enfermedad del siglo XXI, que además no es sino una consecuencia de unas condiciones de vida crecientemente agresivas para nuestra salud cerebral.

Sin embargo, y pese a que a nuestro alrededor proliferan los consejos sobre la manera de alcanzar una vida más saludable, muchas veces olvidan los cuidados de nuestra capacidad cognitiva. A diario recibimos mensajes que nos recuerdan la forma en que debemos reducir el colesterol o prevenir problemas cardiovasculares, pero muy pocos hacen referencia a algo tan fundamental como la salud de la mente.

En cualquier caso, si lo que queremos es cuidar específicamente nuestra memoria podremos seguir una serie de pautas y hábitos:

1. Hacer pasatiempos. Numerosos estudios han demostrado que los pasatiempos y los juegos estimulan nuestra mente. Los crucigramas, sudokus o jeroglíficos favorecen las habilidades matemáticas, lógicas y de lenguaje, y con ello, nuestra capacidad de memoria. Igualmente funcionarían los retos de tipo 'brain training'.

2. Cambiar de hábitos. Un ejercicio saludable consiste en imponerse pequeños retos cotidianos que impliquen cambios. Así, por ejemplo, podríamos realizar tareas de forma diferente a la habitual, como usar la mano izquierda en rutinas en las que habitualmente utilizamos la derecha. Igualmente, siempre es positivo viajar, porque nos expone a entornos nuevos, ante los que tenemos que responder de forma diferente a la del día a día. Esto estimulará nuestro cerebro y favorecerá nuestra capacidad de memorización.

3. Ejercicio físico. Los beneficios del ejercicios físico en el cerebro y, por tanto, en la memoria, están suficientemente probados. Al hacer deporte enviamos más oxígeno al cerebro, lo que mejora su capacidad para funcionar de forma óptima.

4. Alimentación. Comer bien es fundamental. La dieta debe ser equilibrada, pero, por ejemplo, inciden favorablemente en la memoria alimentos con ácidos grasos Omega-3 -salmón, frutos secos y aceite de oliva-, alimentos integrales -arroz, pasta o cereales, que contienen ácido fólico y vitamina B6-, los arándanos, o, según algunos estudios, el café, el té verde o el chocolate. Junto a esto hay que tener claro que es mejor evitar el consumo de alcohol, tabaco y, por supuesto, otro tipo de drogas. La excepción sería el vino tinto, beneficioso consumido con moderación por sus propiedades antioxidantes.

5. Descansar. Nuestro cerebro no descansa cuando dormimos, pero es fundamental que nuestro cuerpo sí lo haga de forma suficiente. Durante ese tiempo, nuestra mente se encargará de generar los sueños, que facilitan la recuperación de tejido cerebral. Es el momento de desfragmentar la información diaria y eliminar aquello que no sea necesario.

6. Leer. La lectura, de mayor o menor complejidad, no es sólo un placer intelectual y una necesidad para saciar nuestra curiosidad de conocimiento. Leer ayuda a ampliar el vocabulario y fomenta la imaginación, por ejemplo, lo que reforzará nuestra memoria.

7. Estudiar. Ampliar los retos intelectuales, como en el caso del desafío de enfrentarse al estudio de un idioma fortalecerá nuestra capacidad cognitiva.

8. Escuchar música. En ocasiones olvidamos que cosas tan sencillas como escuchar música pueden estimular de forma muy positiva nuestras neuronas, especialmente en el caso de la música clásica, según han demostrado algunos estudios.