La imagen de Mark Zuckerberg con la webcam de su ordenador tapada con cinta adhesiva lleva ya varios días siendo de lo más comentado en la Red. Pero por muy paranoico que parezca, el resto de los mortales deberíamos hacer lo mismo que el fundador de Facebook.

La webcam de un ordenador siempre es mejor tenerla tapada. La manera más sencilla y barata de hacerlo es cubrirla con una pegatina de un trozo de cinta adhesiva. Esta solución que parece tan simple es la más eficiente para bloquear la webcam.

Pero, ¿por qué hay que tapar la cámara del ordenador? Lo peor de todo es que espiar la webcam de un ordenador es más fácil de lo que parece. En la actualidad existen infinidad de softwares maliciosos especializados en recoger información de ordenadores ajenos que activen su webcam cuando estén infectados.

Lamentablemente los troyanos especializados en este tipo de ciberespionaje, los "creepware", son demasiado populares. Estos softwares actúan a través de las funciones que les ofertan las RATs (Remote Administration Tools), una herramienta de control remoto conocidas como "ratas".

Antes que nada tienes que saber que existen dos tipos básicos de webcam: las conectadas a Internet y las conectadas por ordenador. Las primeras se conectan normalmente a través de WiFi y tienen -la mayoría- su propia dirección IP. Por razones de seguridad suelen estar protegidas con contraseñas, pero las que vienen por defecto suelen ser poco seguras y muchos usuarios no las cambian. Aquí está el peligro.

La imagen de Zuckerberg que tanto revuelo ha causado.

De acuerdo con un informe de 2014 sobre seguridad, existen 73.000 webcams conectadas a Internet con las claves de acceso por defecto accesibles a hackers, por ello se recomendaba a los usuarios cambiar la contraseña y hacerla más fuerte.

Las webcams conectadas por ordenador son más difíciles de hackear, pero eso no quiere decir que no sea posible. Suelen ser cámaras integradas en los propios equipos y suelen estar situadas encima de la pantalla del portátil.

Si accidentalmente descargamos o hacemos clic en un vínculo con código malicioso, el malware podría encender la cámara web y enviar el vídeo de alimentación a un sitio web o guardarlo en otro lugar. A menudo este tipo de malware desactiva la luz LED de la cámara para que el usuario no se dé cuenta de que lo están espiando.

Otros consejos para que no te hackeen

Pero el de la webcam no es el único peligro que encontrarás en Internet. Y como siempre es mejor prevenir que curar, te dejamos algunos otros consejos para evitar ser hackeado.

- Controla las aplicaciones que descargas en el móvil. Al descargar aplicaciones aceptamos, sin ser muy conscientes, ciertos permisos para que las mismas puedan acceder a la cámara o al micrófono de nuestro smartphone. De esta manera, esas aplicaciones pueden captar imágenes de la cámara frontal y enviarlas mediante Internet a un servidor remoto.

Cuidado con los permisos de las aplicaciones que descargar. GettyImages

-No des información sobre tu salud. Puede parecer conspiranoico, pero cuantos menos datos circulen en la red sobre ti, mejor. Muchas de las aplicaciones móviles que existen para ponerse en forma son conocidas por sus fallos de seguridad.

-Apaga las aplicaciones de geolocalización. Aplicaciones tan utilizadas como Facebook, Instagram o Twitter cuentan con mecanismos geolocalizadores capaces de conocer tu posición exacta. Esto puede servir de ayuda a los ladrones para saber si estás en tu casa en cierto momento.

-Lee la letra pequeña de los acuerdos de uso. En la era digital, registrarse en una página de Internet supone llegar a un ´acuerdo´ con la misma. Pero la mayoría de las veces no leemos estas cláusulas, las cuales pueden ser engañosas, y aceptamos las condiciones legalmente.

-No des información real. Algo tan sencillo como poner una fecha de cumpleaños distinta en cada una de tus redes sociales, puede ayudar a que a los hackers les cueste más identificarte.