La era moderna nos sorprende continuamente con nuevos descubrimientos e inventos que hace unos años ni siquiera habríamos imaginado.

Podemos hablar por teléfono con familiares y amigos de una punta a otra del mundo y hacer videollamadas cuando queramos, por muy poco dinero. Ya han pasado los días en los que la gente reducía su conexión a Internet por miedo a facturas estratosféricas. Y sin embargo, pensándolo bien, han pasado unos 15 años, lo que al fin y al cabo no es demasiado tiempo si pensamos en los progresos realizados hasta ahora.

Por 10 o 15 euros, podemos incluso tener gigas ilimitados y hacer con el móvil todo lo que antes quedaba relegado sólo al PC.

Esta nueva realidad tecnológica, sin embargo, esconde trampas que son imposibles de ignorar. No es casualidad que el concepto de privacidad esté en el centro de amplios debates desde hace muchos años.

En efecto, aunque la Red nos facilita la vida, también nos expone al riesgo de que nos pirateen nuestros datos personales.

Entre estas infracciones, una en particular parece causar cierto temor entre los usuarios de la red: el hackeo del propio teléfono móvil. Pero, ¿cómo podemos saber si nuestro teléfono móvil está siendo hackeado o no? He aquí algunas señales a las que hay que prestar atención.

La primera y más clásica se refiere a la batería. Los expertos advierten que cuando la batería de un teléfono móvil se agota con gran rapidez, aparentemente sin motivo, debemos alarmarnos. Los piratas informáticos podrían tener el control del smartphone y utilizarlo tranquilamente, consumiendo toda la carga disponible.

La segunda señal tiene que ver con la recepción de mensajes de remitentes desconocidos. Son aquellos casos en los que recibimos mensajes de texto con sólo dígitos o cifras de números de teléfono desconocidos.

Otra indicación nos remite a los contactos registrados en el teléfono y en WhatsApp. Puede ocurrir que uno encuentre números guardados en su libreta de direcciones, sin saber quiénes son.

La aparición repentina e inesperada de aplicaciones que nunca se han descargado tampoco es nada normal y podría indicar que alguien está revisando nuestro teléfono móvil.

Estas son cuatro señales que nos muestra nuestro teléfono móvil, pero también hay muchas otras.

Robar los datos de una persona significa exponerla a estafas en línea o a importantes pérdidas financieras, especialmente si se piratean las cuentas bancarias.

Cuidado con las contraseñas, que deben cambiarse periódicamente, y con los consentimientos que damos cada vez que nos los piden las apps o los sitios web.