"La gente te pide si le puedes poner la última, miras le reloj y es que no". Agustín Corte, empleado de uno de los establecimientos hosteleros de la Ruta de los Vinos, en Oviedo, recibe a LA NUEVA ESPAÑA media hora antes de echar la persiana a las ocho de la tarde por primera vez. Los clientes, como Tamara Benítez y Tamara Pastor, apuran sus consumiciones: "Hay que empezar a salir más temprano para aprovechar un poco porque no da tiempo a disfrutar y despejar del trabajo".