"Recuerdo perfectamente las horas previas a que se decretara el estado de alarma. Estábamos tomando un café y empezaron los rumores de que nos iban a encerrar. De repente se declaró la locura en el supermercado, empezó a llenarse de gente y yo misma al acabar el turno cogí un carrito y lo llené". Olga López de Zubiria trabaja en un supermercado y vivió en primera línea la incertidumbre y los miedos de los primeros meses de pandemia. "Hubo compañeros que lo llevaron muy mal. Yo soy muy positiva pero fue duro, había miedo por nosotros y por nuestras familias". La mejor parte, asegura, fue pasar más tiempo con los suyos y ralentizar el ritmo del día a día. Olga Martínez también es la presidenta del club de gimnasia rítmica de La Corredoria y vivió la problemática de los deportistas para poder seguir con sus entrenamientos. "En casa no era lo mismo y ahora el objetivo es poder llegar a retomar la normalidad en las competiciones", asegura.