Con "muchos nervios" y "cansancio" empezaron esta tarde casi 5.000 bachilleres asturianos la prueba de acceso a la Universidad (EBAU). Arrancaron con el examen de Lengua Castellana y Literatura entre estrictas medidas de seguridad. Los aspirantes ya estaban sentados en sus sitios más de una hora antes de que se iniciase el ejercicio. Fueron minutos de repaso final y de peregrinación hasta los servicios. "Tengo miedo que se me complique la sintaxis", decía Paula Rozada, de Nava, poco antes de acceder al polideportivo del CAU, en Oviedo, una de las diecisiete sedes en la que se celebra este año el macroexamen.