–El día anterior, sábado, había estado de fiesta con mis amigos. Me fui a casa no muy tarde. Me metí en la cama. Por la mañana, me desperté. Noté un ligero dolor de cabeza. Supuse que sería la resaca y todo eso. Decidí ir a correr para despejar. Cuando estaba corriendo, noté cómo la parte derecha de mi cuerpo se dormía. Me caí. Me levanté. No entendía qué me pasaba.
Álvaro Silva Méndez rememora lo que le sucedió hace catorce meses. Tenía entonces 23 años. Ahora está a punto de cumplir 25. Nacido en Chile, vive en Gijón con su madre desde 2007. Prosigue su relato.
–Me levanté como pude y quise ir corriendo para mi casa, pero no podía. Al correr con una sola pierna, iba de lado. Me senté en un banco y miré alrededor a ver quién podía ayudarme. Llamé a una chica. Pero yo no era capaz de hablar ni una palabra. Yo estaba como flipando. La chica logró entenderme y llamó a la policía, que me llevó al Hospital de Cabueñes. De allí, me trasladaron en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA, Oviedo), donde me quitaron el trombo. Resultó que por la mañana estaba normal, y por la tarde estaba fatal.