"No me importa decir los años que tengo pero me cuesta pensar que tengo 91 años". Para María Luisa Najas Díaz la edad es tan solo es un número y la prueba es la arrolladora vitalidad que desprende. Desde hace 13 años acude a las clases del programa para mayores PUMUO de la Universidad de Oviedo y espera poder seguir haciéndolo durante mucho más tiempo. "Lo que más me motiva es aprender", asegura, "desde que empecé a estudiar me he ido quitando años y me siento cada vez más joven". A esta nonagenaria que nació en un pueblo de Sevilla y acabó viviendo en Oviedo por amor no se le pone nada por delante. "La costura es lo único que me cuesta porque he perdido vista pero tengo el móvil, el ordenador, escribo... nunca me acuesto antes de las dos de la mañana", sentencia.
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