Máxima tensión, pero también máxima preocupación. Es el sentir general entre los ganaderos de Tineo que esta mañana de jueves, acompañados de sus familias y con el respaldo de los líderes de las principales organizaciones agrarias (Asaja, Coag, Uca, Ura y Usaga), se concentran delante de la Consejería de Medio Rural en Oviedo a la espera de la decisión sobre las medidas adoptar por el brote de tuberculosis que afecta al concejo.
La alcaldesa, Montse Fernández, se reune con el consejero, Marcelino Marcos, para tratar de pactar un nuevo protocolo de actuación y no el que pretende aplicar el Principado y que ha puesto en pie de guerra a los profesionales. En Tineo reclaman un plan flexible para tratar de atajar los cinco focos que hay en unas 90 explotaciones, mientras que en Medio Rural son tajantes: quieren aplicar vacíos sanitarios, es decir, sacrificar todas las vacas de una ganadería en caso de que haya un positivo, además de obligar a dos saneamientos anuales durante cinco años y aplicar medidas de bioseguridad; además, se suprime el protocolo flexible lo que significa que no valen los animales dudodos.
Esto, advierten los afectados, es muy gordo. La Alcaldesa ha insisitido antes de entrar a la reunión en que lo que quieren es que «se paralice el saneamiento, que se recupere el protocolo de flexibilización que se venía aplicando hasta este momento y que se den explicaciones a todos los ganaderos». Una de las quejas es no haber tenido noticia oficial de la aparición de los brotes.
Aplicar lo que quiere el Principado sería «la ruina» para muchos profesionales y, en general, para el sector en Tineo, uno de los más importantes de Asturias en producción lechera. Montse Fernández cifra en unos 15 millones de euros las pérdidas que significaría sacrificar a todos los animales relacionados con el brote: «Cada animal, de friosona, tiene una media de precio de mercado de unos 2.500 euros. Si dicen que nos van a matar un 10% de las vacas que salgan dudosas en los controles, de 60.000 animales que pueda haber en el concejo de Tineo, resultan 6.000 los que desaparecerán. Solo hay que calcular para ver la dimensión de lo que pasa», abundó.
Mientras la regidora está reunida, más de un centennar de ganaderos de Tineo, muchos con sus familiares, están concentrados ante la Consejería, vigilados por varios agentes de la Policía Nacional que han intentado, sin éxito, que éstos se situarán en la calle, fuera del recinto del edificio. Tras negociar, la Policía ha permitido al grupo permanecer a la puerta, si bien han hecho identificaciones –después de que alguien lanzase un potente petardo– como al coordinador de Ura, Borja Fernández.
Entre los ganaderos cunde el desánimo, pero también el enfado. «No nos avisaron de nada, muchos nos hemos enterado por la prensa y ahora quieren que matemos a nuestros animales», se quejan. «El problema no es solo nuestro, sino también de la fauna salvaje. Pero lo fácil es ir contra nuestras vacas».
En las organizaciones agrarias hablan de «descontrol» en la Consejería de Medio Rural y critican la falta de transparencia. Marcelino Marcos Líndez, el consejero, que además es natural de Tineo, donde fue alcalde varios mandatos, dejó claro que las medidas aplicadas no son «excepcionales», sino que resultan de una «aplicación rigurosa» del Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina. Esto «implica tomar decisiones que provocan preocupación, pero que, por la buena marcha de las ganaderías, son necesarias, porque si no corremos el riesgo de perder ese estatus sanitario que tiene Asturias de región libre de tuberculosis», dijo días atrás en una visita a Ibias.