No olvidará nunca el tapiego Rafael Fernández aquel día de enero de 2009 cuando en medio del Atlántico, en la "zona de calmas ecuatoriales", en el trayecto de Santa Cruz de Tenerife a Fortaleza (Brasil), el comandante del buque "Juan Sebastián de Elcano" ordenó arriar los botes: "Hicimos una regata a remo en medio del océano alrededor del barco". Recuerda con "especial cariño" Pablo Cartujo, de Sotrondio, las faenas marineras para aferrar o desplegar la vela, "especialmente" la primera, la de plegar, porque en la mayoría de las ocasiones significa que se llega a puerto: "Cada marino tiene asignado un palo y una vela. En mi caso mi puesto junto con otros tres compañeros era el ‘juanete’, la más alta del barco y a escasos dos metros de la ‘galleta’, la parte más alta del buque".
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