La Unión Europea dará preferencia a las tecnologías de defensa ideadas y producidas en el continente a la hora de conceder a empresas del sector los préstamos incluidos en el programa de gasto público masivo que prepara la Comisión. El diseño de este ambicioso plan de impulso crediticio, cuya cuantía ascenderá a 150.000 millones de euros, coincide con los intensos movimientos corporativos que se están produciendo en España, fundamentalmente en torno a Indra, para avanzar hacia la concentración del sector y conformar una gran empresa de defensa respaldada por el Estado. Un planteamiento en el que Asturias despunta como el territorio elegido por la multinacional comandada por Ángel Escribano y otras empresas vinculadas para ubicar fábricas de vehículos blindados, y donde ya existen dos plantas de contratistas habituales de programas de armamento, la de General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas y la de Rheinmetall, ambas en Trubia (Oviedo).
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