Fueron cinco minutos de confusión y incertidumbre. La voladura programada de las cuatro últimas chimeneas de las baterías de coque de Avilés se llevó a cabo a la hora prevista, las 10:00 de la mañana, pero en el momento decisivo cayeron tres de las estructuras y una cuarta quedó en pie. “¿Qué ha pasado?”, Se empezó a preguntar todo el mundo. Cinco minutos después, una portavoz de la empresa encargada de la demolición se acercó al corrillo de autoridades para dar las oportunas explicaciones: “Los detonadores de una de las chimeneas no se han activado y debemos recargarlos para hacer un segundo intento”. En esos está trabajando en estos momentos.

El proceso de demolición de las últimas chimeneas de la antigua Boquería de Ensides atrajo a decenas de personas a las inmediaciones, y a otras muchas más que siguieron el espectáculo desde diferentes puntos de Avilés. A la vista de la resistencia de una de las estructuras en caerse más de uno evocó la reconocida resistencia de Ensidesa a ser borrada del imaginario avilesino