Esperpéntica situación la que vivieron en la noche del jueves los clientes de una sidrería de la avenida San Agustín, después de que una mujer, "en claro estado de embriaguez", se pusiese a insultar y vejar a su hijo, "de unos nueve años", en medio del local. La rápida intervención del personal del establecimiento y de algunos clientes, que llamaron a la Policía Nacional, logró hacer que la situación cesase.

Según testigos, los hechos tuvieron lugar minutos antes de las diez de la noche. Fue entonces cuando la mujer, que iba en compañía de otro hombre y de su hijo, "comenzó a insultarle y a maltratarle delante de todo el mundo". "Le llamó de todo. Fue una vergüenza. Todo el mundo estaba alucinando y llamamos a la Policía, que vino muy rápido", explicaba ayer el propietario del establecimiento.