Sergio Peris-Mencheta (1975) se dio de hostias con Roberto Álamo bajo una "Lluvia constante" (la de Keith Huff). En agosto de 2014, en el teatro Palacio Valdés. Y, encima, bajo las órdenes de David Serrano, que estrenó el otro día "Un tranvía llamado Deseo" en Avilés. Peris-Mencheta, que atiende la llamada de LA NUEVA ESPAÑA, también menciona su Marco Antonio en el Centro Niemeyer –el de Paco Azorín, el de Mario Gas– sólo unos meses antes de su policía duro bajo la lluvia: "El mal que hacen los hombres les sobrevive; el bien suele quedar sepultado con sus huesos". Todo esto fue antes de entrar en la sustancia: el teatro que cura. Y es que el director de escena madrileño se recupera de una leucemia, de un trasplante y de infinidad de efectos secundarios: "A pesar de ser un año duro, también puedo decir que es el más importante de mi vida", confirma.