La Policía calcula que Redouane Tounzi, un artista de música tradicional marroquí, cobró más de un millón de euros por uniones fraudulentas entre inmigrantes y españoles jóvenes. Los investigadores creen que el hombre, que actuaba en karaokes y salas de Gerona y llegó a grabar un videoclip en Barcelona, aprovechó su popularidad para captar a sus compatriotas.
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