Pañeda celebró ayer una nueva jornada, la tercera y última, de sus fiestas de Santa Apolonia, que daban comienzo el sábado con la XI Gran Corderada a la que asistieron más de 450 comensales. El gran atractivo de la tarde de ayer lo ponía el Desfile Folclórico de Burros, que fue recuperado en la pasada edición después de varios años sin celebrarse.
Media docena de pollinos participaron, en primer lugar en la pasarela de disfraces y la posterior yincana, que hizo las delicias y arrancó las carcajadas de los allí presentes, donde los jinetes, a lomos de su burro y con los ojos vendados tuvieron que explotar varios globos a lo largo del recorrido. Por allí se pasó un Cucurella con todo su pelo y su elástica de La Roja; también asomaron los "Pitufos" de Siero; hubo críticas veladas a la política municipal y mucha mucha risa por donde quiera que pasaban los equipos.