Haga usted un ejercicio de imaginación. ¿Recuerda esas viñetas de cómic en las que un personaje se deja guiar solo por el olor de un plato de comida?. Ahora trasládese a un prau en el corazón de las Cuencas Mineras asturianas. E imagine como huele el asado de un cordero a la estaca, la madera quemada... Pues esa sensación que ahora domina su cerebro fue la que este domingo sintieron centenares de romeros en el Prau Llagüezos, a caballo entre Lena y Quirós, donde tras cinco años, se celebró la fiesta del Corderu, un evento calificado como de Interés Turístico Nacional.