Jesús Martínez Patiño (Papantla, México, 1957) pasea por las imponentes instalaciones de Pachuca, en México, como si fuese una estrella de rock. "Presi, hazte una foto, por favor". Y "el presi" se hace una foto. Martínez conoce por el nombre de pila a todos los empleados de las instalaciones. Les hace bromas y a cualquiera con el que habla le dice lo mismo: "Ahora estamos a muerte con el Oviedo". Y no parece una simple declaración de intenciones. El nuevo dueño del Oviedo, después de comprar el 51 por ciento de la entidad azul al Grupo Carso, dice que quiere hacer un proyecto a largo plazo en Asturias. Que quiere trasladar su exitoso modelo azteca a Asturias. Dice que se puede. Martínez, luciendo una camiseta del Oviedo con su nombre y "10" a la espalda, lo dice tranquilamente en su despacho, sentado con LA NUEVA ESPAÑA con vistas a los campos de entrenamiento de Pachuca. Es la primera entrevista del dueño del Oviedo, que no rehúye ninguna pregunta, habla de este y de aquel tema e insiste lo loco que le trae el límite salarial. Cuenta las horas para volar a Oviedo.