La tasa de temporalidad en España supera el 26 por ciento. Es con diferencia, la más alta de Europa. Por eso está en el centro de las discusiones de la reforma laboral. El Gobierno aporta su solución para reducirla con una "simplificación clara de los contratos existentes para que domine claramente los contratos indefinidos". Sobre la mesa todavía está todavía la propuesta de reducir la temporalidad en las empresas al 15 por ciento. Pero el ejecutivo está abierto a modificar todas las cuestiones. Los empresarios son partidarios de diferenciar por sectores, como parece que ahora quiere el Gobierno. E insisten en que no hay que demonizar los contratos temporales. Cada vez más superado el debate semántico se abre paso la discusión de contenidos. Pero hay cosas que no se tocarán como el abaratamiento del despido.