Salen de la tienda Dmaiko de Pamplona con las manos llenas y los rostros sonrientes, con la emoción de comprar a ciegas. Lo abren delante de nosotros y algunos aciertan y consiguen un mini televisor o se llevan una decepción por un vestido que no les vale. Este es el juego y dentro vemos la ilusión de que te toque y el dejarse llevar por los sentidos. El dueño, Carlos Vallejo, compra camiones enteros de Alemania, destino Pamplona, y les pone precio según el tamaño o el peso. Y no solo aquí, en Madrid, Cataluña, Valencia o Sevilla también se ha desatado la locura de aprovechar esos productos abandonados que los grandes vendedores online tampoco quieren. En España, Correos, tras intentar contactar con el remitente, almacena los paquetes seis meses y finalmente los destruye.