Violeta Mangriñán ha decidido tomar un camino muy importante en su vida y es alquilar la casa de sus sueños: la casa de Valencia ahora será de otros. Tantas vueltas que le ha dado a la casa para nada porque su trabajo requiere que esté viviendo en Madrid y así no se tiene que separar tanto de su hija. La familia se traslada y vuelven los rumores de crisis, sobre los que ha decidido hablar sin tapujos.