El número de vertederos ilegales en la ciudad crece cada año de forma descontrolada y con especial incidencia en la zona Oeste de Gijón, donde se concentran –en los barrios y parroquias de Tremañes, Veriña, Serín y Jove– la gran mayoría de los 94 puntos de los que tiene constancia la Unidad de Vigilancia Ambiental de la Policía Local, según su balance anual. En 2019 fueron 58 los que había, casi la mitad. “Es un problema muy difícil de controlar. Hay muchos puntos y están repartidos por distintas zonas del extrarradio de la ciudad y es imposible que podamos estar en todos todo el tiempo para detectar cada infracción que se produce”, reconoce el subinspector Montero, al frente de esta unidad que también supervisa las quemas ilegales, nubes de humo, vertidos al río y al mar, plagas y malos olores dentro de sus competencias ambientales.